Los servicios de emergencia acudieron al lugar de suceso. | Vasil Vasilev

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Eran las 16.22 horas de ayer, cuando los servicios de emergencia fueron alertados de que se estaba produciendo un incendio importante en el número 6, de la calle Monseñor Palmer de Palma.
Rápidamente se desplazaron hasta el lugar de los hechos numerosas dotaciones de la Policía Local de Palma, Cuerpo Nacional de Policía, ambulancias de 061 y de SSG, (Servicios Socio Sanitarios Generales), además de técnicos de la Direcció General d'Emergències. A su llegada, los UII, (Unitat d'Intervenció Immediata), de la Policía Local de Palma, y técnicos sanitarios especialistas en rescates de SSG, sin dudarlo ni un solo instante, se pusieron los trajes ignífugos y equipos de respiración autónoma y, entre una intensa humareda, se adentraron en el edificio. «No había tiempo, la gente estaba muy nerviosa y teníamos que hacer algo», afirma uno de los policías locales consultados.
Mario Solano, responsable del dispositivo sanitario de rescate confirmó: «Hemos tenido que evacuar a cuatro personas, la mayoría por inhalación de humo, otra persona debido a una crisis de ansiedad y un varón que ha sufrido quemaduras de primer grado en la cara y en las manos. Además hemos atendido a 'in situ' a varias personas».
Según las primeras hipótesis de la investigación, las causas del incendio se debieron a un problema en un aparato eléctrico registrado en una de las habitaciones del inmueble de la tercera planta. Se trata de un piso alquilado a un joven colombiano.
Nerviosismo
Durante la extinción del incendio se vivieron escenas de tensión y preocupación por parte de los vecinos y vecinas.
Agentes de la Policía Local de Palma, mientras los bomberos extinguían las llamas, gritaban a residentes de los pisos: «Pongan toallas mojadas en las puertas, cierren las ventanas y no accedan a los rellanos de la escalera».
Con suma eficiencia los Bombers de Palma colocaron máquinas extractoras de humo con la finalidad de eliminar la intensa humareda tóxica y así permitir la evacuación de los residentes.
Al final, una vez sofocado el fuego, los vecinos pudieron regresar a sus casas.