María, Antoni, Alba y Miquel Bestard, Margalida Durán, Maria Antònia Garau, Margalida Rosselló y Antonio Diéguez. | Lydia E. Larrey

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En la capilla del Consolat de la Mar no cabía un alfiler en el acto de entrega del premio Cornelius Atticus a Miquel Bestard, la máxima distinción en materia de deporte del Govern, por toda una vida dedicada al deporte. El desde hace nueve  años presidente de la Federació de Futbol de les Illes Balears recibió la placa acreditativa de manos del presidente de la Comunitat, José Ramón Bauzá, y, visiblemente emocionado, agradeció al Ajuntament de Bunyola el haber presentado la candidatura para optar a este galardón, así como al Govern y al jurado la concesión del premio Cornelius Atticus. Tampoco quiso olvidar a todos aquellos que han trabajado a su lado en la promoción y práctica del deporte. Muestra de ese espíritu de equipo que caracteriza a Miquel Bestard es la gran representación de la familia futbolística en el evento que tuvo lugar el lunes. Como introducción al premio, Joan Carles Montaner realizó un breve repaso a la andadura en el fútbol  de Miquel Bestard, quien dio sus primeros pasos en las categorías inferiores del club de fútbol de Bunyola.