Pollença celebró su tradicional batalla de Moros i Cristians. | Jaume Morey - ultimahora.es

TW
1

 A pesar de la lucha incansable de los moros, los cristianos volvieron a vencer. A las siete en punto de la tarde de ayer, el pueblo de Pollença estalló en una colorida y ruidosa batalla tras el grito de alerta de Joan Mas, este año encarnado por Jaume Cànaves.

  Como no podía ser de otra manera, miles de personas esperaron con ansia el inicio del simulacro en las estrechas calles del centro del pueblo que rememora la batalla que sucedió el 31 de mayo del año 1550, cuando las tropas sarracenas, lideradas por el temido corsario Dragut, este año representado  por Miquel Vives, intentaron invadir el pueblo de Pollença.
 
Bajo el amparo de la Mare de Déu dels Àngels y tras más de dos horas de dura batalla entre pollencins y moros, el bando de Joan Mas se alzó con la victoria.

   El simulacro se representa en la localidad desde el 1880 después de siglos de considerar aquella incursión corsaria como el Dia de la Desgràcia ya que se saldó con la muerte de 130 pollencins y 50 moros.

  Hoy, la fiesta de la Patrona o de los Moros i Cristians, como se la conoce popularmente en toda la Isla y fuera de ella, se ha convertido en un gran acontecimiento que a partir de los años ochenta del siglo pasado fue aumentando en afluencia de visitantes y participantes, llegando al día de hoy con una gran presencia de moros muy superior a los cristianos.

   Para la batalla, los pollencins se sirven de palos, forques y algún que otro remo. Los sarracenos acuden a la lucha con espadas de madera que hasta hace algunos años procedían de la madera del pino de Sant Antoni, pero debido a la crisis el Ajuntament dejo de fabricar estas «armas» y ahora son los propios moros quienes encargan su fabricación.

   Más allá del grito tradicional de Mare de Déu dels Àngels assistimos! / Pollencins alçau-vos! / que eu pirates són aquí!, miles de personas se acercan a ver la batalla y vivir la fiesta. El mesclat, el calor, la pintura de los moros, el agua que se lanza de los balcones o la amabilidad de los pollencins son la esencia  de la fiesta, de la Patrona.

   Después de las primeras batallas en el centro histórico del pueblo que arrasa con el paperí que ha decorado las calles del municipio durante las fiestas patronales, la lucha se traslada hasta el campo municipal de fútbol de Can Carrinxó donde se desarrolla la batalla definitiva y el líder cristiano, Joan Mas, consigue hacerse con la bandera de las tropas sarracenas a pesar de la oposición y dura lucha de Dragut y sus hombres, siempre acompañado por el Abanderat, que es el primero en entrar en el campo de fútbol, y el Lloctinent, Amador Chacón y Jaume Vives, respectivamente.

   Pero antes de la batalla final y durante el recorrido por las estrechas calles del pueblo hasta el campo de fútbol, los representantes del Ajuntament Vella, encarnado por Jordi Reinés, Francisco Sánchez, Sebastià Morro y Miquel Morro, llevaron la bandera cristiana y apoyaron en todo momento a Joan Mas y al resto de cristianos que se debatieron en la lucha.

  Una vez finalizado el simulacro, los cristianos victoriosos se dirigieron al templo parroquial de Pollença donde entonaron el Tedèum de mossèn Miquel Tortell en honor a su patrona, la Mare de Déu dels Àngels.

· J. Socies/M. Nadal

 Una  ‘Alborada’ multitudinaria

A pesar de la fiesta, que reinó durante toda la noche en la plaza Major de Pollença, a las cinco de la madrugada el silencio se impuso en la localidad para escuchar las notas de la Banda Municipal de Música que entonó la «Alborada».

    Este acto significa el fin de la fiesta para los pollencins que empezaron a abandonar la fiesta para reponer fuerzas para la gran batalla entre moros y cristianos que se vivió ayer en el pueblo. Aún así, la fiesta en la plaza Major continuó hasta primera hora de la mañana y es que fueron muchos los jóvenes y no tan jóvenes de todos los puntos de Mallorca que el miércoles escogieron Pollença para salir de fiesta.

   El Ajuntament, al igual que  el año pasado, incrementó los controles policiales y redujo de manera considerable las actuaciones musicales en la plaza Major para así evitar aglomeraciones durante la entonación de la ‘Alborada’, momento muy especial para los vecinos de Pollença que respetan de manera profunda la entonación de la banda.

· M.N.