Aina Aguiló, María José Corominas, José Ramón Bauzá, Bernardí Roig, Carmen Feliu y Gema Muñoz ante el retrato del president del Govern balear. | Eugenia Planas

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El arte de Bernardí Roig se mostró en el suelo de un emblemático edificio gótico, el de sa Llonja de Palma. Mil ochocientas setenta caras frunciendo el ceño,  entre las que se encontraban rostros de autoridades políticas, gentes del mundo del arte y de la cultura, de medios de comunicación o del sector empresarial, embaldosaron los ochocientos metros cuadrados con la iniciativa conceptual y existencialista que muestra Walking on Faces.

El espacio diáfano de sa Llonja se completó con  esos rostros impresos sobre baldosas de madera. En esta intervención artística, Roig pretendió aproximar el espacio público al individuo. Walking on Faces es el resultado del denominado Faces Project que en noviembre convirtió sa Llonja en un improvisado estudio de fotografía donde casi 2.000 personas se dejaron fotografiar en primer plano. Voluntarios anónimos y conocidos tuvieron que forzar las expresiones faciales propuestas por Roig. La tarde de la presentación, a la luz de un frío neón, los “modelos por un día” buscaban sus rostros en el suelo del emblemático edificio palmesano