Condesa Àngela Palffy, Mateo Moragues y Mar Boades. | Curro Viera

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Cruzar el umbral de la Lonja y adentrarse en la exposición de Fabrizio Plessi es una experiencia única. El contenido es impactante, un mar de llaüts del revés que navegan de una forma entre siniestra y nostálgica, un juego de luces etéreas, la música de Nymann y efectos de sonido que acentúan la sensación de sueño, de fantasía, de emotividad que ha surgido de la mente del artista italiano. Merece la pena pasarse por sa Llonja, como ya lo hicieron en la jornada previa a la inauguración un reducido grupo de invitados y el día de la apertura oficial una buena muestra de personalidades políticas y culturales. El alcalde de Palma, Mateu Isern; el conseller de Educació i Cultura, Rafel Bosch; el president del Govern, José Ramón Bauzá, y la comisaria de la exposición, Pilar Ribal, acompañaron a Plessi y a Piettro Beccari, vicepresidente de Louis Viutton, la firma para la que el artista ha diseñado especialmente la exposición, que permanecerá en sa Llonja hasta el 2 de octubre.