Vecinos de Yebra muestran su apoyo o rechazo en el pleno del Ayuntamiento de a la candidatura de esta localidad para acoger un almacén de residuos nucleares que albergue los desechos de todas las centrales atómicas del país.

TW
0

El pleno municipal de Yebra aprobó ayer con los cinco votos a favor de los concejales del PP y los dos en contra de los ediles socialistas que el municipio se postule para albergar el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares.

Tras el pleno, los vecinos contrarios a esta instalación nuclear profirieron gritos de «alcalde dimisión» en medio del tumulto que se organizó en el salón de plenos y que después continuó en la calle en medio de una fuerte presencia policial.

El pleno, pese a la tensión inicial, se puedo desarrollar después de que el alcalde, Juan Pedro Sánchez, amenazara con celebrarlo a puerta cerrada. Durante la sesión plenaria, el alcalde pormenorizó los argumentos de su grupo en favor del almacén nuclear, entre ellos, que supone una «oportunidad para el municipio que generará empleo y desarrollo empresarial».

Un camino incómodo
Aunque el alcalde reconoció que la postura que defienden no es el camino más fácil ni más cómodo (su partido se opone al ATC a nivel provincial y regional) «es lo mejor para Yebra», población de unos 600 habitantes y que está dentro de la zona de influencia de la central de Zorita, cerrada en abril de 2006, y cuyo desmantelamiento se iniciará en breve. Sánchez dijo a los vecinos que tiene «la completa certeza de que es una instalación segura».

Los grupos parlamentarios CiU y PSOE evitaron ayer que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, tenga que comparecer este mes de forma extraordinaria en el Congreso de los Diputados para dar explicaciones sobre la convocatoria abierta para buscar ubicación al nuevo almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares, como habían pedido la coalición IU-ICV-ERC y el PNV.

En la reunión de la Diputación Permanente, ambos grupos votaron contra esta iniciativa por considerar «innecesario» que el ministro comparezca antes de que se resuelva la convocatoria, a la que pueden presentarse los municipios españoles que estén interesados en albergar el cementerio nuclear.