Las alumnas de la escuela de danza ensayaron ayer por la tarde con Francisca Tomàs y Sonia Galkin. | S. Amengual

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Un grupo de cerca de 30 niñas y jóvenes de la Escola de Dansa Francisca Tomàs lleva ensayando casi dos meses lo que será su participación en el concierto solidario «Veus, música i danses, unides per Àfrica», que tendrá lugar en el Teatre Principal el próximo 31 de marzo.
Su actuación forma parte de un espectáculo organizado por la Fundació s'Olivar con el objetivo de recaudar fondos en apoyo a los proyectos que desde 1992 está desarrollando esta entidad a favor de las víctimas y refugiados de los países africanos de Rwanda y la República Democrática de El Congo. Se trata de dar forma a un espacio solidario donde confluyen de manera original el arte en sus diversas formas. La danza es una de ellas y, sus protagonistas, las alumnas de una escuela que «están trabajando en cinco o seis coreografías. También hay solistas y niñas que trabajan más una parte flamenca (zapateo y alegrías). Todo tiene una coherencia dentro del guión. En una de las coreografías participan todas las niñas y es ahí donde enfatizamos el aspecto de la reconstrucción de Àfrica, de sus pueblos. Àfrica es cuna del ritmo y de la percusión en todas las costumbres. Hemos tematizado el ritmo en Àfrica y lo hacemos llegar a nuestros corazones a través del baile español, dándole una gran importancia al ritmo», afirma Sonia Galkin, coordinadora de este concierto solidario. Las alumnas ensayaron ayer por la tarde en la escuela, bajo la dirección de Sonia y de Francisca Tomàs, directora del centro. «La escuela colabora con la Funda ció s'Olivar y colaboramos tres profesores, que trabajan el español y la danza clásica. En el espectáculo hay 'Alegrías', con coreografía de Amparo Ramos; un tema de percusión y durante la obra se representa de forma simbólica el latido del corazón como si fuera el latido de Africa», afirma Francisca Tomàs.
Participan cerca de 30 alumnas de la escuela, con edades comprendidas entre los 8 y los 22 años. «Les encanta todo lo que sea colaborar con una buena causa. Acabamos de participar hace poco tiempo en una actuación a beneficio de Haití. La danza debe servir para mejorar el mundo y que los niños tengan una vida digna», añade la directora de la escuela de danza.