Cada día son alrededor de 600 los escolares que visitan la feria y participan en los talleres educativos. | S. Amengual

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Alumnos de los colegios Ses Cases Noves, Secar de la Real, Son Pacs, Santa Teresa o Nova Cabana fueron algunos de los centros educativos que participaron ayer en los talleres didácticos dirigidos a escolares, organizados en la Fira del Fang. El taller comienza con una explicación de Toni Vich sobre las diferentes piezas de barro que antaño tenían distintas utilidades. Así, y bajo el epígrafe «Peces de fang d'un temps», los alumnos conocen piezas que antiguamente formaban parte del día a día de los antepasados, en la cocina (l'alfàbia d'ossos, la gerra, els ribells...), para la higiene personal y para el hogar en general (el cossiol d'emblanquinar, la cadufa...), así como piezas que se utilizaban en labores agrícolas y ganaderas (el caduf, la regadora de test...).
Después, los niños y niñas pueden empezar a tocar el barro. A cada uno se le entrega un molde con distintas formas. Colocan el barro dentro del molde hasta que está bien cubierto y, después, sacan el perfil de la pieza utilizando unos palillos.
«Jugar con barro es muy fácil, no había hecho nunca este molde, pero otras cosas sí», afirma Rocío, del colegio Ses Cases Noves.» «El barro es un poco duro, me hubiera gustado hacer un muñeco», añade Flavio. En total, son cerca de 600 los niños y niñas que visitan los talleres a diario. «Hay algunas piezas que despiertan más interés. Le enseño unas 25, la mayoría piezas antiguas en desuso que actualmente se utilizan para la decoración», afirma Toni Vich.
Después de sacar el barro del molde, lo envuelven y los escolares se lo llevan a casa de recuerdo.