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Un año más, ya también siguiendo la tradición veraniega, disfrutamos de una agradabilísima cena en la casa que Mayte Barreiros Spínola y Jaime Jaume poseen en Sol de Mallorca.

Mayte ha heredado el amor por esta costa creada por sus padres y sus tíos Barreiros que la convirtieron en uno de los reductos del lujo mallorquín mas exclusivo y también más relajado.

La casa de Mayte se encarama sobre las rocas escalonadamente hacia el mar como si formara parte de él. La decoración es suave, arenosa, como una caricia después de un día de playa. En la cena, deliciosa como siempre, disfrutamos con la mejor compañía, la de los hermanos de la anfitriona, Grachya Barreiros y Rocío Barreiros y Borja Arteaga, marqueses de Vívola, y coincidimos por primera vez con algunos de nuestros amigos de verano más queridos.

Siempre es un placer reencontrase con Adela Quijano y Juan Carvajal, condes de Fontanar y de Campoalegre, a Francesca e Iñigo López de la Osa, que son una pareja encantadora, o Charlotte y Francesco Vanni d’Archirafe, los marqueses de las Claras, que son elegantes en extremo o el genio genial de Joaquín del Pino.

Juan Carvajal, conde de Fontanar; Borja Arteaga, marqués de Vívola; e Iñigo López de la Osa, conmigo.

Llamó la atención una vez más la belleza de la hija de la anfitriona, Alba Fernández Barreiros, que posó acompañado por Mercedes Coca en un aparte divertidísimo que casi fue un asalto cámara en mano. Fue una serenísima y deliciosa noche de verano que no olvidaré. En mis memorias lo contaré con pelos y señales.