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La amenaza de retirar la nacionalidad a delincuentes franceses de origen extranjero anunciada por Nicolas Sarkozy ha provocado un amplio debate, con acusaciones a la «derechización» de un presidente en horas bajas de popularidad.

El discurso pronunciado el viernes en Grenoble por el jefe del Estado ya se ha convertido en una referencia contra la que ayer cargaron la oposición, intelectuales y organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes, y que la ultraderecha le ha pedido que demuestre con hechos.

Sarkozy anunció -en una iniciativa que ayer se supo que podría tomar forma legislativa desde finales de septiembre- que en su batalla contra la delincuencia prevé retirar la nacionalidad francesa a aquellos extranjeros de origen que hayan atentado contra autoridades públicas.