La familia de una de las víctimas del triple atentado en la mezquita suní llora su muerte junto al cuerpo sin vida. | Reuters - MOHSIN RAZA

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Pakistán enterró ayer a las decenas de víctimas del atentado múltiple perpetrado en la noche del jueves contra un popular santuario sufí de la ciudad oriental de Lahore, que se está convirtiendo en epicentro de una violencia terrorista de carácter cada vez más sectario.
Muchos de los cadáveres de los al menos 43 fieles fallecidos fueron enterrados en diversos puntos de la provincia de Punjab, cuya capital es Lahore, tras haber sido identificados por sus familiares.
De acuerdo con la versión policial, más de 175 personas se recuperan de sus heridas en sus casas y en los hospitales, incluidas 28 de carácter grave, mientras que en la ciudad, de siete millones, el ambiente fue ayer tenso, se registraron protestas y los comercios anunciaron un paro de tres días.
El ataque múltiple ocurrió el jueves por la noche, una fecha especial en el calendario de la corriente mística y moderada sufí, en el complejo religioso de Data Darbar, que está situado cerca del centro histórico de Lahore.
Varios miles de personas se hallaban en el interior del santuario, cuando en un intervalo de pocos minutos se sucedieron tres explosiones, dos de ellas provocadas por terroristas suicidas de unos 20 años de edad y una tercera supuestamente por un artefacto de baja intensidad.
Uno de los suicidas se inmoló en un sótano y el otro en el patio del complejo frente a un edificio principal, mientras que la otra detonación tuvo lugar en la entrada del santuario.
Grabación
Las televisiones paquistaníes emitieron ayer imágenes de los movimientos efectuados por los suicidas, en lo que parece ser un claro fallo de seguridad en un recinto dotado de buenos dispositivos, con escáneres y cacheos corporales.
En las secuencias se observa cómo uno de los suicidas accede al recinto con prisas y ataviado con un shalwar kameez (vestimenta típica paquistaní) blanco y un bolso negro que sujeta con las dos manos; poco después se produce la primera explosión y una estampida de gente para abandonar el lugar. A continuación, entra el segundo terrorista.
Según la cadena privada Express TV, las autoridades han conseguido con la ayuda de los parientes identificar a uno de los atacantes, un tal Usman, residente en Lahore, que estaba en paradero desconocido desde hacía varios días.
Por otro lado, al menos diez personas fueron detenidas ayer por su presunta implicación en dos ataques perpetrados a finales de mayo también en Lahore contra dos mezquitas de la secta minoritaria ahmadi, en un incidente en el que murieron más de 80 personas.