Rafael Nadal entrena en una de las canchas del All England Tennis Club. | Efe

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SueciaRobin Soderling 6 3 6 1 - 1
EspañaRafael Nadal 3 6 7 6 - 3

Wimbledon | Cuartos | 30/06/2010 16:00 | Fin

Rafael Nadal se mide hoy al sueco Robin Soderling en los cuartos de final de Wimbledon, cita que plantea al mallorquín el desafío de interpretar el juego del sueco en la superficie verde y en la que el defensor del título.
El Nadal-Soderling se jugará en la pista 1 del All England Club después de que se decida el pulso que librarán anteriormente el serbio Novak Djokovic ante el taiwanés Yen-Hsun Lu, verdugo del estadounidense Andy Roddick.
Para el número uno del mundo, Soderling, el mismo hombre al que derrotó hace apenas tres semanas en la final de Roland Garros, no es una caja de sorpresas. Se conocen bien, y por eso sabe que se trata de uno de los oponentes más duros del circuito. Y peor en hierba.
Las estadísticas son favorables al segundo cabeza de serie, que en los enfrentamientos anteriores con Soderling -seis-, logró apuntarse 4 victorias.
Nadal asegura no tener «ningún problema» con el sexto favorito en al margen de las canchas pese a la fama de hombre difícil y de pocos amigos que arrastra dentro del circuito ese tenista, al que el zurdo de Manacor ya ganó en Roland Garros (2006), en Wimbledon (2007), en Roma (2009) y este año en la final del Abierto de París. Por su parte, el número 6 de la ATP se impuso al balear el pasado año en Roland Garros y en el Masters de Londres (2009).
Para llegar a donde está, Nadal eliminó al japonés Kei Nishikori, al holandés Robin Haase, al alemán Philipp Petzschner y al francés Paul-Henri Mathieu, y confía en mantener su «perfecto» estado físico y mental para el «remake» de la final francesa.
Las armas del nórdico, que se mete por primera vez en cuartos de Wimbledon: un saque tremendo, servicio inquebrantable y golpes muy planos sobre los que está más que advertido el balear.
Tras vencer en 3 sets al francés Paul-Henry Mathieu, el número 1 del mundo admitió que el verdugo, entre otros, del alicantino David Ferrer, no es un oponente cualquiera.
«Está jugando genial y para mí va a ser un partido dificilísimo. Ojalá para él también lo sea», dijo Nadal, que el pasado año no pudo defender el título de campeón de Wimbledon que ganó en el 2008 al impedírselo una lesión de rodillas.
Para mantener controlado ese recurrente problema, el balear se somete regularmente a tratamiento, recurre al fisioterapeuta y a los antiinflamatorios, algo que le ayudó a no sentir dolor durante el pasado encuentro con Mathieu.
Nadal sabe que la lesión «no se va por arte de magia» pero confía en que no le dé la lata: «Yo soy consciente de que voy al límite esta última semana y voy a hacerlo lo mejor que pueda».
Jornada
Al margen del Nadal-Soderling, la jornada de hoy traerá otros encuentros prometedores como el que disputarán el escocés Andy Murray, gran esperanza de Reino Unido, con el francés Jo-Wilfried Tsonga, en la misma parte del cuadro que Nadal.
El de Dunblane, el único jugador que no ha cedido un solo set en su camino hacia esa ronda y que quiere meterse en semifinales por segundo año consecutivo, venció al galo en pista dura, en Metz (2.007) y en Canadá el pasado año, mientras que el décimo favorito se impuso a Murray en el Abierto de Australia hace dos temporadas.
El ganador de ese duelo será el hipotético rival de Nadal en una de las semifinales si el mallorquín supera su asignatura.
El defensor del título, Roger Federer, no empezó mostrando su mejor forma, pero ha ido rebajando los errores y así se vio el lunes, cuando fulminó a Jurgen Melzer en 3 sets. El próximo escollo para el suizo lo planteará el checo Tomas Berdych, ante el que el número 2 del mundo mantiene una ventaja de 8 victorias en 10 partidos.
Pulso
El otro pulso de hoy enfrentará al serbio Novak Djokovic, tercer favorito y verdugo, entre otros, del español Albert Montañés, que jugará con un invitado imprevisto en este cuadro masculino, el taiwanés Yen-Hsun Lu, el 86 de la clasificación de la ATP.
Éste último fue la revelación del torneo, de que despidió al estadounidense Andy Roddick, uno de los grandes favoritos para ganar Wimbledon.