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En su primera entrevista tras la polémica sobre el incremento patrimonial de la familia desde que José Bono se dedica a la política, Ana Rodríguez, la esposa del presidente de la Cámara Baja, niega cualquier enriquecimiento ilícito por parte de su marido. «Están continuamente mintiendo. Es pura pornografía, casi una obscenidad. Hemos sido muy trabajadores. Nadie nos ha regalado nada», afirma la esposa de Bono en una entrevista que el semanario Tiempo publica hoy.
Ese incremento del patrimonio familiar, según Rodríguez, se debe en parte a la buena marcha de las seis tiendas de la joyería Tous que administra junto a su hija Amelia en Albacete, Toledo, Madrid y Talavera de la Reina. «Sí, gano dinero. Me siento orgullosa de dar trabajo a 30 personas todos los días. ¿He de pedir perdón por eso?», recalca.
La mujer de Bono, que defiende su faceta de empresaria, justifica igualmente los supuestos regalos recibidos por parte de la empresa Reyal Urbis en cuanto a la decoración de dos de sus casas.
Reyal Urbis
Indica, en este sentido, que Mar Moliner -esposa del constructor Rafael Santamaría, dueño de Reyal Urbis- es madrina de su hija Sofía, la pequeña de la familia, motivo por el cual ésta le regaló la decoración de su habitación en la celebración de su bautizo. Nada dice de lo que apuntó La Gaceta: que la empresa decoró otra habitación, la de su hija Amelia. «¿Es lícito que en tu bautizo tengas una atención con tu ahijada?», se pregunta Rodríguez.
En cuanto a la decoración de la casa de Salobre (Albacete) supuestamente abonada también por la empresa Reyal Urbis, la esposa de Bono se limita a explicar que «los muebles se devolvieron» a sus «amigos de Reyal Urbis» porque no les gustaron. «No entiendo tanta mentira», concluye. La decoradora dijo que no hubo devolución alguna.
El PP ha pedido insistentemente a la Fiscalía General del Estado que investigue las cuentas del presidente del Congreso, dadas las informaciones que se han publicado en los últimos días.
Así, según El Confidencial, Bono es propietario de Hípica Almenara, valorada en 1,2 millones, y fue él quien gestionó personalmente todos los patrocinios publicitarios para su hípica, teléfono en mano, logrando el apoyo de grandes empresas.