Los asistentes depositaron un clavel rojo. | Joan Socies

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«Tornam perquè no hem rescabalat, tornam per servar la memòria dels qui moriren pel fet de defensar unes idees, tornam perque de moltes persones, encara no sabem ni on moriren, ni on romanen les seves restes. Tornam i tornarem per fer memòria. Contra la desemparança i la buidor, demanam justicia».
Con la emoción a flor de piel, entre los testimonios de familiares de los asesinados o desaparecidos durante la Guerra Civil, con una firme defensa de la República y con palabras de apoyo al juez Baltasar Garzón, se desarrollaron ayer en Manacor los actos de homenaje a las víctimas del franquismo.
El cementerio de Son Coletes fue un año más el escenario del homenaje y de la conmemoración de la Segunda República que organiza desde hace 27 años la Comissió de Son Coletes. Asistieron muchas caras conocidas, concejales del Ajuntament de Manacor, alcaldes y ediles de la comarca, historiadores, y muchos vecinos- más de 300 personas- que quisieron recordar a aquellos que murieron para defender la libertad.
Al lado de la fosa común se instaló un panel con los nombres de los que fueron fusilados en Manacor. En el otro lado estaba la réplica del mural de Andreu Pascual. En el transcurso del acto se volvió a pedir al Ajuntament de Manacor que se instale este mural- actualmente en el Bosc de la Memòria en Calvià- en Son Coletes. También se anunció que se han iniciado una campaña de peticiones a través de internet para reclamar que el mural se instale al lado de la fosa común.
Los familiares de los asesinados o exiliados pusieron mucha emotividad al acto. Joana Caldentey y Francisca López de la Rosa depositaron este año la corona de laurel en la fosa común.
El actor Joan Miquel leyó el manifiesto del Comité de Son Coletes. Recordó los logros. «Se han conseguido cambiar nombres de las calles, hemos conseguido derribar la ignominia, la soberbia y la humillación de los monumentos franquistas, se ha reconocido la figura del batle Garanya». Tras haber enumerado estas realizaciones defendió que no era suficiente. «Hay calles que continúan humillando la memoria de los que murieron por la libertad; todavía hay estamentos de privilegiados, caciques y especuladores. Todavía hoy la extrema derecha es capaz de acusar de prevaricación a un juez que quiere procesar a los fascistas, como han hecho otros estados con los dictadores que han utilizado el terror. Porque todavía hoy hay tribunales que admiten a trámite acusaciones como ésta» .
Después hubo diferentes testimonios que fueron muy emotivos. Casi todos pidieron justicia y condenaron la acusación contra el juez Baltasar Garzón. El acto se cerró con una canción de Guillem d'Efak interpretada por Joana Gomila.