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Gran redada en Son Banya: así son por dentro las casetas de madera donde se vendía la droga

Los habitáculos contaban con neveras con latas de refrescos, dispensadores de agua y aire acondicionado

Imagen del interior de una de las casetas, con la droga sobre la mesa | Foto: M. À. Cañellas

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«Puede que no sea la mejor pero sin duda hago la diferencia». Esta frase motivadora, por llamarla de alguna manera, se encuentra en una de las casetas de Son Banya donde la Policía Nacional ha irrumpido la mañana de este miércoles en la operación antidroga que finalizó con nueve personas arrestadas y seis puntos de venta desmantelados. Quien estaba a su cargo quedó detenida.

Una mujer de origen sudamericano que, además de droga lista para la venta, ‘escondía’ una nevera cargada de refrescos y un dispensador de agua. Y aire acondicionado. Todo preparado para recibir a los compradores en plena alerta por altas temperaturas. Nada queda a la improvisación allí.

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Los agentes se incautaron en el operativo de distintas cantidades de cocaína, hachís y marihuana y distintos elementos para manipular la droga, según apuntaron fuentes de la investigación. El poblado chabolista ya no es lo que era. Todos los que conocen bien Son Banya coinciden. Y dentro de esta nueva idiosincrasia, las casetas fabricadas con tablones de madera y decoradas al gusto han ganado peso para distribuir las sustancias prohibidas directamente a los clientes.

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Las distintas viviendas de los grandes narcos ya no albergan importantes cantidades de droga como antaño, todo ello para intentar entorpecer las actuaciones policiales contra ellos. Saben que sin grandes alijos en sus casas es más difícil vincularlos con los puntos de venta. En dichos habitáculos nunca faltan las sustancias. Cada día son repuestas.

Los investigadores han descubierto que en el interior de estos pequeños habitáculos, que a simple vista se comprueba que su construcción es sencilla, los arrestados tenían neveras con bebidas y hasta dispensadores de agua. Todo ello para que «los que vienen encuentren todo lo que buscan», apuntaba uno de los agentes. También tablas en forma de escritorio donde un cuaderno mostraba las transacciones llevadas a cabo. Hoy no era el día. Las hojas estaban medía mañana casi en blanco. Todo por 'culpa' de la Policía Nacional.