testimonio

«Me contó que un día irían a su casa, le matarían y tirarían una cerilla»

Un amigo de la víctima del crimen de es Carnatge recuerda cómo era el hombre que murió a martillazos y después incendiaron su chabola

Policías nacionales inspeccionan la escena del crimen en es Carnatge | Foto: M. À. Cañellas

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Melanio Valverde, la víctima del crimen de es Carnatge, «era una persona muy noble y maravillosa, incapaz de hacer daño a nadie», ha recordado un amigo suyo este jueves en la cuarta sesión del juicio con jurado en la Audiencia de Palma.

«No era para nada agresivo y violento. Y tengo que decir que, aunque en los últimos años viviera en cierta marginalidad, no era un marginal al uso. Era soldador profesional. Lo que pasa es que la vida le había llevado allí», ha añadido el hombre.

Melanio, de 56 años y origen ecuatoriano, era conocido como Cristian en su entorno más cercano. «Yo iba a verlo con frecuencia. Siempre tuvo a mucha gente a su alrededor.... amigos y otras personas que él llamaba amigos, pero a mí no me lo parecían tanto», ha recordado el testigo, que en ocasiones se quedó a dormir en su chabola de es Carnatge donde apareció muerto la madrugada del 25 de enero de 2022 tras un incendio.

El testigo ha declarado que en los últimos tiempos lo notaba deprimido y que se aprovechaban de él. «Él tenía cierto temor de que alguna vez le pasara algo como lo que le pasó. Dormía con un ojo abierto. Me contó que un día vendrán aquí por la noche, me matarán y tirarán una cerilla».

-Usted ha dicho que Melanio dijo que un día lo matarían y le tirarían una cerilla. ¿Le habló de alguna persona concreta?- ha preguntado el tribunal del jurado.

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-Eso no lo puedo afirmar al cien por cien.

-¿Era una zona peligrosa?

-Indudablemente que sí.

El amigo de la víctima ha pedido al presidente tribunal dedicarle unas palabras antes de terminar su declaración ante el jurado popular.

-¿Se me permite decir una cosa?

Insistir en la nobleza de Cristian Melanio Valverde Martínez y que aunque viviera en ese mundo de marginalidad no era un marginal de estos, con todo el respeto, era una persona buenísima. Y le faltaban muy pocos días, que su hermana en Italia le había encontrado un trabajo de los suyos, de soldador profesional, y a lo mejor le hubiera permitido salir de ese abismo, de ese pozo en el que él estaba. Y que tenía que convivir con gente de baja estofa como el que le mató.