La voz de alarma la dio uno de los policías tutores de Manacor, a quien algunas menores le manifestaron que en un canal de una red social circulaban imágenes de ellas captadas sin permiso y acompañadas de insultos y vejaciones de índole sexual. El agente realizó un informe y la Policía Nacional contactó con las víctimas para recoger una denuncia formal. Todas las perjudicadas son menores de edad y estudian en el mismo centro que los dos investigados.
La investigación se centró al principio en los centros docentes de Manacor, pero los agentes comprobaron enseguida que en los canales también participaban alumnos de otros institutos de Mallorca situados en Artà, Felanitx, Sóller y Palma. El caso se hizo público en el ámbito educativo y muchas menores se atrevieron a contar a sus padres lo que estaban sufriendo e interpusieron denuncias.
Modus operandi
Los dos menores investigados abrieron varios canales de difusión a través de aplicaciones de móvil e invitaron a otros estudiantes a unirse a estos grupos en los que se dedicaban a difamar, insultar, vejar e incluso amenazar a las chicas a las que estaban denigrando. Los adolescentes en ocasiones también mostraban el nombre de las víctimas, el instituto, la clase o incluso sus domicilios.
La actividad en los chats podía parecer al inicio inofensiva entre amigos o compañeros de clase, pero los investigadores observaron un rápido aumento de la agresividad y desprecio de algunos de los participantes, que llegaron a inducir a que se cometieran agresiones físicas a jóvenes o a ocasionar daños en sus propiedades. Estos hechos podían desencadenar en situaciones graves de bullying, por lo que se aceleró la investigación.
Los policías consiguieron identificar de forma rápida a los dos principales administradores de los canales de difusión, que los abrían desde el anonimato e invitaban a otros para que se unieran. Los comentarios se difundían de manera anónima, pero en el caso de que la persona afectada quisiera saber la autoría tenía que darse de alta como premium y pagar. Los beneficios iban a los dos administradores de los grupos que están siendo investigados.
La mayoría de las víctimas intuyeron quiénes podrían estar detrás de los canales de difusión desde un principio, pero no denunciaron en su día por temor o vergüenza, ya que se exhibían comentarios de índole sexual acompañados de imágenes. Una vez identificados, los administradores de los grupos fueron citados en calidad de investigados en Comisaría, acompañados por sus padres y sus correspondientes abogados.
Arrepentidos
El atestado instruido por la Policía Nacional fue remitido a la Fiscalía de Menores. Los dos adolescentes investigados, según informa la Jefatura Superior de Policía en una nota de prensa, se mostraron muy arrepentidos por sus acciones y cerraron voluntariamente los canales de difusión.
Los institutos en los que había alumnos implicados, ya sea como autores o como posibles víctimas, no tenían clara la posibilidad de actuación contra las conductas investigadas porque sucedieron fuera del ámbito educativo, pero se han involucrado desde el primer momento y han colaborado con la Policía Nacional para esclarecer los hechos.
Los investigadores no descartan que aumenten las denuncias y desde la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) y Participación Ciudadana de la Policía Nacional en Manacor se ha acordado con varios centros que se impartan charlas sobre los peligros de la red. Las conferencias las llevarán a cabo policías especializados en la materia y estarán destinadas, principalmente, a estudiantes de secundaria.
La Policía Nacional recuerda que las redes sociales utilizadas sin cuidado y sin el necesario control parental pueden llevar a consecuencias no deseadas y a causar importantes daños a otras personas. El cuerpo policial insiste en la importancia de denunciar este tipo de hechos.
