Miquel Deyà, administrador del apartahotel de Cala Bona. | ALEX SEPULVEDA

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El padre del administrador del apartahotel que fue okupado en Cala Bona será juzgado el próximo miércoles en la Audiencia de Palma por estafar más de medio millón de euros a un empresario en la gestión de negocios turísticos.

Marbel Can Pastilla S.L, la empresa con la que actuó el acusado, ha sido utilizada ahora por su hijo, Miquel Deyà, para explotar el establecimiento Sol i Mar. Los propietarios del apartahotel acusan al hombre de «inquiokupa» y aseguran que les debe más de 240.000 euros.

La Fiscalía reclama una condena de cuatro años y medio de prisión para el padre de Deyà y que indemnice al empresario perjudicado con 557.621 euros.

El acusado, de 68 años y nacionalidad española, urdió un plan aprovechándose de la relación de amistad y confianza que tenía con la víctima para cometer el fraude entre 1998 y 2014. Según recoge el Ministerio Público en su escrito, el hombre se presentó como un solvente gestor de sus seis empresas, entre ellas Marbel Can Pastilla S.L.

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El perjudicado realizó una serie de servicios y suministros a las empresas del procesado por valor de 235.278 euros. El acusado sólo abonó 45.278, indica la Fiscalía. La entrega de esa cantidad le permitió conseguir nuevos suministros por un importe de 118.598. El acusado garantizó el pago en dos plazos que nunca llegó a cumplir.

La confianza generada y la falsa apariencia de solvencia hicieron que la víctima le prestara 100.000 euros en metálico con el pretexto de que tenía que hacer frente a una serie de gastos e inversiones. El padre del administrador del apartahotel de Cala Bona no le devolvió el dinero.

La víctima no recibió ninguna cantidad de los servicios ni de los suministros realizados. Tampoco recuperó el dinero que entregó al empresario y reclama ser indemnizado con 557.621 euros. El administrador del apartahotel Sol i Mar, a través de su abogado, aseguró que no tiene constancia de que haya sido interpuesta una demanda de desahucio.

«Las insidiosas manifestaciones relativas a que pudiera haber sido una maniobra de mi cliente para obtener beneficios o derechos de algún tipo sobre la propiedad se consideran calumniosas», sostiene el letrado.