Temor en la Colònia de Sant Jordi: los 'estranguladores' se ocultaban en una caseta de electricidad

Los residentes piden que la estructura de contadores y transformadores quede cerrada para evitar que vuelvan

Uno de los detenidos, tras ser arrestados por la Guardia Civil

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Los dos violentos delincuentes argelinos que intentaron estrangular con una cuerda a un hombre para robarle en la Colònia de Sant Jordi, días atrás, se ocultaban en una caseta de electricidad a la entrada del pueblo, lo que ha provocado un gran temor entre los vecinos: "Por allí hay chicas y mujeres que salen cada día a correr, podría haber ocurrido un desastre".

La estructura de transformadores y contadores fue okupada ilegalmente por los dos magrebíes hace un tiempo, y vivían allí en condiciones precarias. La caseta está ubicada cerca de un conocido hotel, a la entrada del núcleo, y es un lugar por el que pasean numerosos residentes a diario.

La violencia empleada por la pareja de argelinos, que casi mata a su víctima, ha causado una honda conmoción entre el vecindario: "Pensar que estaban escondidos en aquella construcción y podrían haber hecho cualquier desastre".

Además, el temor se ha acrecentado porque la Guardia Civil ha detenido a uno de los implicados, pero el otro sigue huido y su paradero es una incógnita.

El suceso tuvo lugar la madrugada del pasado día 3 de enero. Los servicios de emergencia recibieron la llamada de un testigo que presenció los hechos alertando de la violenta agresión. Hasta el lugar acudieron patrullas de la Guardia Civil de Ses Salines, la Policía Local de la localidad y ambulancias.

Al llegar hallaron a la víctima tendida en el suelo, con signos evidentes de haber sido estrangulado. Fue el requirente el que evitó males mayores, ya que con su presencia ahuyentó a los agresores. Los delincuentes abordaron a la víctima y después de estrangularla con una cuerda y propinarle golpes por todo el cuerpo le sustrajeron el móvil y dinero en efectivo.

Tras ser estabilizado por los sanitarios se ordenó su evacuación hasta el hospital de Manacor. Uno de los sospechosos fue detenido y se confirmó que estaba ilegalmente en España y que pesaba sobre él una orden de expulsión. Los residentes en la Colònia piden que la caseta de electricidad que hacía las veces de guarida sea cerrada "a cal y canto" para que no puedan volver a entrar.