Imagen del sencillo memorial levantado en el lugar del crimen. | F.F.

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Horas después del fatal crimen machista que le costó la vida una mujer, asesinada a puñaladas por su pareja -el rumano George Virgiliu- a las afueras del barrio palmesano del Coll d'en Rabassa, un sencillo pero emotivo memorial en recuerdo a Chari, la última víctima de esta lacra que el pasado martes situó a Mallorca en el epicentro de esta problemática, se ha levantado por parte de amigos, conocidos y vecinos de la zona y de la víctima en el escenario de los hechos.

Flores, velas y un pequeño pero contundente mensaje se puede leer junto al semáforo ubicado en el Camí de Can Pastilla. «Això que ha passat no és una sèrie de Netflix. És la vida real. No és una xafarderia de barri. És la vida d'una dona. És la vida d'una mare», reza el texto, que pretende visibilizar la patente amenaza de la violencia machista o de género en nuestra sociedad.

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La pareja tenía dos hijas menores de edad en común. Una de ellas, que en el momento del crimen iba en el Citroën C1 en el que se produjo el asesinato de Chari, fue trasladada a Urgencias de Pediatría del Hospital Universitario de Son Espases. El asesino del Coll d'en Rabassa llevaba una pulsera de maltratador, con el fin de avisar si se acercaba a su mujer, pero en esta ocasión, el aparato no se activó porque la mujer no portaba el aparato receptor. El sistema parece ser que se encontraba en la casa de la familia y ahora la Policía Nacional investiga los motivos.

El llamativo memorial llama la atención de conductores y transeúntes, además de los clientes de un conocido supermercado próximo, ya que el suceso ha causado enorme impacto en la zona y ha adquirido relevancia a nivel nacional, al ser el marco en el que perdió la vida la víctima que hace 44 a nivel nacional en toda España en lo que a violencia machista respecta.