El procesado, que trabaja de cocinero, en una sala de lo Penal de Palma. | J.P.M.

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Un juzgado de lo Penal de Palma ha condenado al pago de una multa de 1.260 euros a un sindicalista de un hotel de Calvià por acosar a una compañera de trabajo a finales de 2022. El procesado, que trabaja como cocinero en dicho establecimiento, reconoció los hechos ante la magistrada y se declaró culpable de un delito de coacciones. El enjuiciado, que fue asistido por el abogado Josep Perelló, no podrá acercarse a la víctima a menos de 50 metros durante dos años.

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Los hechos se remontan al mes de octubre del citado año. El acusado, español de 60 años, coincidió con la víctima en el año 2019 trabajando en el departamento de cocina. La víctima fue ascendiendo de categoría, hecho que no agradó al varón, que le hacía constantes recriminaciones por su desempeño en el día a día. Cuando acabó su contrato por el fin de temporada, en octubre de 2022, el procesado la llamó por teléfono para recriminarle las gratificaciones económicas que había recibido por su trabajo. El hombre, que forma parte del sindicato, le decía que había cobrado dichas cantidades porque se acostaba con los jefes.

El acoso no acababa ahí, sino que el hombre llegó a personarse en las inmediaciones de la vivienda de la perjudicada, dejándole claro que sabía dónde vivía. Esto provocó un fuerte desasosiego, temor y ansiedad a la mujer. El 13 de enero de 2023, el enjuiciado, mientras circulaba con su coche, se cruzó con su excompañera, que iba en el suyo, y empezó a seguirla por la localidad de Santa Ponça. El hombre acabó arrestado por agentes de la Guardia Civil de Calvià. Un juzgado de Instrucción le impuso como medida cautelar una orden de alejamiento respecto a la mujer.