La detención fue practicada por agentes de la Policía Nacional. | R.S.

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Llegó a un conocido restaurante de la calle Aragón de Palma, se sentó en la mesa, solicitó la carta y realizó la comanda. De entrantes solicitó unos calamares y un solomillo de buey de raza 100 % Rubia Gallega como plato principal. Todo ello regado con una botella de vino. Tras el postre y el café, el hombre decidió hacer un ‘simpa’ en toda regla. Todo ello sucedió a las 23:30 horas del pasado jueves en un conocido restaurante de la céntrica vía palmesana. En ese instante, una patrulla de la Policía Nacional que estaba realizando labores de seguridad y vigilancia por la zona observó a un hombre corriendo y a un responsable del local de restauración detrás de él que le perseguía.

El hombre que iba detrás, manifestó a los agentes actuantes que era el encargado de un restaurante de la zona y que estaba persiguiendo al ahora detenido porque, instante antes, esta persona había accedido a su local y cenado varios platos de comida, una botella de vino, postre y café. Tras consumir lo solicitado, el camarero se acercó con el TPV (Terminal Punto Venta) para que abonara la cuenta y éste le dio un manotazo tirando el aparato al suelo fracturando el mismo. Acto seguido, el cliente emprendió la huida de forma apresurada. El encargado del local que presenció los hechos salió tras él hasta que los policías consiguieron interceptarlo.

Los agentes realizaron una serie de comprobaciones y finalmente procedieron a la detención del sospechoso acusado de un presunto delito de estafa y daños. Lo más curioso es que el detenido es un viejo conocido de la policía. Hace un tiempo ya había sido detenido por robar a sus compañeros con los que compartía instalaciones en un centro de acogida. En aquella ocasión, los responsables de la ONG lamentaron mucho lo ocurrido y no podían entender el comportamiento de esta persona a la que habían ofrecido la oportunidad de tener un alojamiento en momentos difíciles.