Varios operarios inician las obras para tapiar el edificio. | Alejandro Sepúlveda

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En la calle Marineta, a escasos metros de la conocida plaza Naranja de Llucmajor, no han conseguido olvidar la noche de nervios y tensión que tuvieron que vivir a consecuencia de los graves altercados registrados en la madrugada de este jueves entre vecinos del barrio, la gran mayoría de familias gitanas, y un grupo de conflictivos argelinos expulsados de la barriada de Son Gotleu.

Tras el primer enfrentamiento violento y multitudinario, la Policía Local de Llucmajor consiguió pactar con la comunidad gitana una tregua. Las negociaciones se prolongaron hasta bien entrada la madrugada. Sergi Torrandell, jefe de la policía del municipio, se entrevistó con uno de los patriarcas de los clanes gitanos que residen en s'Arenal. Ambos llegaron al acuerdo que era conveniente tranquilizar las aguas y disolver la multitud que se agolpaba a las puertas del local ocupado donde residen los argelinos. Por otra parte, desde el Ayuntamiento se comprometieron que a primera hora de la mañana de este jueves se procedería a tapiar el local y no permitir la entrada de estos conflictivos jóvenes.

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En torno a las 8:20 horas, una brigada municipal de obras, escoltada por numerosos efectivos de la Policía Local, realizan las obras de tapiado ante la atenta mirada de numerosos vecinos que se acercan a la zona para comprobar de primera mano que se está cumpliendo lo pactado en el encuentro mantenido durante la pasada madrugada.

Fuentes consultadas por Ultima Hora han confirmado que durante toda la noche han detectado la presencia de algunos de estos jóvenes argelinos deambulando por las calles de s'Arenal, en chancletas y sin rumbo fijo. Por ese motivo, tanto la Guardia Civil como la Policía Local mantuvieron una fuerte presencia policial en la zona para evitar nuevos altercados como los vividos en la barriada y días atrás en Son Gotleu.