Decenas de jóvenes turistas alemanes borrachos se dedican a saltar de balcón en balcón por la fachada del hotel. | R.S.

TW
22

Los vecinos de la Platja de Palma y, más concretamente, los de la calle Bartomeu Calafell, han vuelto a 'cazar' literalmente con sus teléfonos móviles una dinámica muy habitual entre los turistas en los hoteles. Nada más arrancar la temporada, son decenas de jóvenes y no tan jóvenes, los que pasan de habitación en habitación a través de los balcones poniendo en riesgo su vida y la de las demás personas. Los residentes están indignados porque alegan que llaman a la recepción del complejo hotelero y que éstos les dicen que no pueden hacer nada para evitarlo.

«El problema es muy serio. Resulta que estos jóvenes que se dedican de forma sistemática de pasar de balcón en balcón por la fachada del hotel la gran mayoría de veces van borrachos o drogados directamente. Lo hacen a cualquier hora y no les preocupa lo más mínimo que los vecinos los estén mirando o recriminando la acción. Ellos siguen a su aire y el día menos pensado se precipitarán y luego lo lamentaremos», apunta uno de los vecinos de la calle. Algunos residentes han contactado con Ultima Hora para recordarnos que el pasado año un grupo de estos chicos logró alcanzar la terraza de una vivienda particular donde, además de cometer un robo, ocasionaron serios destrozos y tuvo que intervenir la policía. Además, al llegar los jóvenes turistas de fiesta, de dos a cinco de la madrugada, se dedican a poner la música con altavoces a gran volumen o a dormir totalmente desnudos en la terraza o balcones.

«Los vecinos no podemos estar constantemente enfrentándonos a estos grupos de incívicos y tampoco vamos a estar llamando a la policía cada día 20 veces para que impidan saltar de balcón en balcón a los turistas. La culpa aquí es del hotel que debería tomar medidas y expulsar a cualquier persona que tenga un comportamiento incorrecto. El problema es que si desde la dirección del hotel resulta que son permisivos con este tipo de comportamiento se produce un efecto llamada entre los jóvenes», concluyen los vecinos.