Uno de los coches quemados, en la calle Fra Juníper Serra, en Porreres. | ALEX SEPULVEDA

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El devastador ataque de este martes de un pirómano en Porreres, que durante más de dos horas y media puso en jaque a los equipos de emergencia y consiguió quemar trece vehículos y una fachada de un edificio antes de ser detenido, ha evidenciado la dramática falta de efectivos policiales en muchos pueblos de Mallorca, especialmente por las noches.

La Guardia Civil, que tiene medios escasos sobre todo en horario nocturno, es la responsable de cubrir esos municipios que carecen de policías locales, pero en muchas ocasiones las patrullas disponibles están desbordadas por incidentes en zonas costeras y tienen que multiplicarse.

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Las policías con plantillas más potentes, como las de Manacor, Inca, Calvià o Llucmajor, entre otras, prestan el apoyo que pueden a los pueblos pequeños colindantes, con efectivos escasos, pero la realidad es que de noche, en muchos enclaves de la Isla, la presencia policial es limitada.

Estas circunstancia aumenta los temores de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que temen que la oleada de incendios de coches de Palma se extienda a la Part Forana, tras el aviso de este pasado martes en las calles de Porreres.

Desde hace tiempo, muchos municipios piden que se amplíen las plantillas policiales, pero el asunto sigue sin resolverse. En Porreres, por ejemplo, no hay agentes por las noches. El Ajuntament no descarta instalar cámaras en las calles para intentar evitar episodios tan inquietantes como el de la madrugada de ayer, cuando el pirómano detenido actuó durante más de dos horas golpeando en distintas calles.