El arresto fue practicado por agentes del Grupo de Investigación de Distrito Centro. | Pere Bota

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Un amor prohibido y no correspondido que acabó con el protagonista de esta historia pasando una noche en los calabozos. El pasado miércoles, agentes de la Policía Nacional detuvieron a un hombre de 65 años por un delito de acoso. El jubilado no cesaba de llamar, enviar poemas y perseguir a una joven dependienta de una tienda de la que estaba perdidamente enamorado.

Los hechos comenzaron el pasado mes de julio de 2022 cuando el ahora detenido comenzó a enviar mensajes de forma compulsiva a la víctima. Resulta que el acusado era cliente asiduo de una tienda de Palma donde conoció a la dependienta. Es más, en un momento dado se declaró a ella a través de una carta, respondiendo ella que no quería saber nada de él. La situación fue tan incómoda que el jefe de la víctima llegó a prohibir la entrada al presunto acosador. A principios del mes de abril, aún habiendo cambiado de trabajo, el jubilado supo donde comenzó a trabajar por lo que un día le dejó sobre en la mesa a su nombre con un objeto tipo animal y un poema. Este hecho incomodó mucho a la víctima porque, además, observó como el sospechoso comenzaba a merodear por la zona donde ella reside.

Acto seguido, ella acudió a la Policía Nacional e interpuso una denuncia relatando con todo tipo de detalles la pesadilla que estaba viviendo y el miedo que sentía. Los agentes del Grupo de Investigación de distrito Centro se hicieron cargo del caso y tras comprobar la veracidad de los hechos denunciados se procedió a la detención del sujeto.