Imagen de uno de los vehículos de la Guardia Civil en Ibiza | Daniel Espinosa

TW
38

La asociación Independientes Guardia Civil se sumó este martes a las denuncias de otros colectivos y lamentó la problemática residencial que en lugares como Ibiza afecta a numerosos agentes del Cuerpo. Dicha asociación criticó el «total abandono» que sienten ahora mismo estos efectivos ante una situación que no para de agravarse. El colectivo manifestó que los agentes reciben «como un castigo» ser destinados a Baleares y, en especial, a la isla de Ibiza. «Es una pena, pero para estos efectivos supone un castigo. Para la mayoría de guardias civiles, el hecho de que les destinen a las islas significa sufrir un tremendo golpe de mala suerte», advirtió Sara Molina de Independientes Guardia Civil.

La causa de estas palabras no es el trabajo en sí, sino la falta de vivienda que ha llevado a un agente en prácticas que desempeña su función en el aeropuerto de Ibiza a vivir en una furgoneta y a tener que ducharse en un gimnasio. «Es muy triste tener un trabajo y vivir en estas condiciones, más habiendo edificios que se podrían acondicionar», afirmó Molina. «Todo el mundo sabe que los alquileres son una problemática por los precios actuales y la poca oferta. Por tanto, venir a Ibiza es un auténtico problema y nadie quiere venir a trabajar. Es la última opción. Muchas veces a los agentes les toca vivir en furgonetas o campings, con lo que eso conlleva», explicó.

El propio guardia civil, que se llama Jorge, ha hablado con la Cadena Ser para contar cómo es su día a día: «Los alquileres son inviables para nuestro sueldo, es imposible. Estamos hablando de una habitación con cama de 90 cm por unos 700-800 euros». Tras decidir vivir en una furgoneta, tiene que organizarse para poder comer y ducharse: «He llegado a asearme en un gimnasio porque he ido a preguntar y me lo cedieron pero por vergüenza no he vuelto a ir. Repongo el agua de una gasolinera —que he dado con una que no me cobra porque hay algunas que sí— y después me busco un descampado, para asearme en la furgoneta».

Noticias relacionadas

Lo cierto es que estos efectivos explicaron que en invierno deben dedicar más de la mitad de su sueldo a pagar un alquiler que, en la mayoría de casos, solo podrán disfrutar entre los meses de octubre y mayo, fuera de la temporada alta. Al mismo tiempo, el hecho de pedir por adelantado el pago de toda una temporada les complica cada vez más su estancia en la isla. «Vives siempre con la incertidumbre de qué vas a hacer en verano; dónde vas a vivir», lamentó el colectivo, quien expresó además que el alto coste de la vida en Baleares es otro problema añadido.

Para muchos, la solución, una vez más, pasaría por un incremento del complemento por residencia, lo que contribuiría a fidelizar plantillas. «Muchos compañeros insisten en que en Baleares el problema va a más y no tenemos respuestas», lamentaron. En este sentido, recordaron que en junio de 2022 se reunieron con el Grupo parlamentario Popular para exponerles esta problemática. Esta triste solución no solo afecta a los agentes en Ibiza. También en la isla de Mallorca la asociación alertó sobre los precios «desorbitados» de la vivienda y señaló que la opción de vivir en caravanas comienza a ser «más habitual».

Un problema añadido es que, al no ser considerados domicilios fijos, los agentes que viven en ellas no tienen posibilidad de empadronarse y no se pueden beneficiar del descuento de residente. Recientemente, la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) alertó sobre la falta de efectivos en Ibiza. Incluso, esta asociación profesional aseguró que algunas unidades están ya al 50%, por lo que se prevé una temporada «muy complicada» con una falta de personal «brutal». Lo cierto es que en estos momentos la Guardia Civil busca cubrir en las Pitiusas 57 vacantes de Seguridad Ciudadana. En Baleares, la cifra total es de 139 vacantes, 79 de ellas en Mallorca y tres en Menorca.