Los funcionarios han desplegado una serie de pancartas delante del edificio de Palau Reial. | Alejandro Sepúlveda

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Cerca de un centenar de bomberos de Mallorca se encuentran protestando con fuertes pitadas este miércoles frente al Consell y piden la dimisión de la presidenta, Catalina Cladera. Están «quemados», dicen, porque no han cumplido sus promesas. Los funcionarios han desplegado una serie de pancartas delante del edificio de Palau Reial en las que se puede leer «No somos bomberos de segunda», «Nuestra formación es tu seguridad» o «Toni Espases dimisión».

«Estamos cansados del trato de la Administración en estos últimos cuatro años con falsas promesas de actualización de complementos que no han cumplido absolutamente nada», ha comentado Joan Mateu Sabater, portavoz del sindicato CCOO. «Tenemos parques que tienen más de 40 años y nos han prometido que harían nuevos: Marratxí, Santanyí... pero nada de nada, no han puesto ni una piedra», ha lamentado.

El bombero ha explicado que cuentan con una plantilla con un gran número de bomberos que tiene más de 50 años. «Y esto pone en peligro la población», ha asegurado. «Hay interinos con una situación laboral inestable, estamos quemados por muchos motivos, por promesas incumplidas».

Carlos del Río, de Unión Sindical Obrera, ha manifestado que han solicitado el paso de categoría C2 a C1 y les mantienen en la primera. «Tenían cinco años de plazo para llevarlo a cabo y no se ha hecho nada». El bombero cuenta que les han recortado horas de formación y que han estado cuatro meses trabajando duro tratando de llegar a un acuerdo. «Llevamos con conceptos remunerativos congelados desde hace más de 10 años».

Según los bomberos de Mallorca falta personal. «Si se solucionase no tendríamos que hacer más horas más allá de nuestra jornada ordinaria y ellos lo que pretenden es seguir dando un servicio de segunda a la ciudadanía, deficitario, con el mismo personal. Y eso no puede ser. Estamos cansados».

Los funcionarios del Consell piden equipararse a los bomberos de Palma. «Ejercemos la misma profesión, el mismo trabajo, nos exponemos a los mismos riesgos e incluso más porque en Palma cuentan con una dotación diaria que atiende un incendio con 18 personas y nosotros vamos cuatro, cinco o seis. Reclamamos las mismas condiciones», ha concluido Del Río.