Adan V., en el centro, junto a su abogado Joan Capó, a la izquierda, y su primo, ayer al salir del juicio en la Audiencia de Palma.

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–¿Sabe por qué hechos está acusado?– preguntó este jueves a un hombre la presidenta del tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma, Mónica de la Serna.


–Estoy investigado por una estafa y vengo a intentar solucionar el enjuague en el que se me ha metido– respondió Adan V.

La primera vez que el chatarrero cántabro Adan V. coge un avión en sus 29 años de vida ha sido para acudir al juicio en Palma. La Fiscalía pedía cuatro años de cárcel por haber suplantado a una empresa proveedora a través del email para estafar 102.857 euros a Emaya. Adan, ayer, fue absuelto por el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma al acabar el juicio.

Que Dios os bendiga– dijo el hombre a las juezas tras conocer el resultado.

El chatarrero perdió su DNI en febrero de 2020 en Laredo, un municipio de 11.000 habitantes, y denunció el extravío. Alguien lo utilizó para abrir una cuenta en un banco y suplantar a una empresa proveedora para estafar a Emaya.

«Yo nunca he tenido una cuenta en esa entidad. Esto es una casualidad que me ha tocado a mí como le puede tocar a otro», dijo Adan. El hombre cobra una prestación de 968 euros. «Tengo una furgoneta que mi padre, que en paz descanse, me dejó para recoger chatarra». El teléfono de la persona que abrió la cuenta en el banco es distinto al del acusado. El dinero estafado, según un policía nacional que investigó el caso, acabó en cuentas de Bulgaria, Hungría y Holanda.

Adan, en el turno de la última palabra, dijo entre lágrimas: «La Justicia es justa. Muchas gracias». Y se abrazó con su primo antes de salir de la sala de la Sección Segunda.