Ruth ha participado en la puesta en marcha del hospital, junto a uno de sus compañeros.

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Ruth Díez, pediatra de Son Espases, ha participado en la puesta en marcha de un hospital en Turquía en sólo 72 horas. «En emergencias no hay horarios, cada hora cuenta», expresa la mallorquina, que llegó a territorio turco el pasado viernes, concretamente a Iskenderun. Desde entonces ha trabajado sin descanso, junto al equipo del que forma parte para ayudar a las víctimas del terremoto. El hospital tiene capacidad para ingresar a 20 pacientes y es posible practicar cirugía general, traumatológica y ginecológica. Este hospital forma parte de la iniciativa Emergency Medical Team, y está validado por la OMS para intervenir en emergencias y catástrofes.

El citado hospital tiene también un área de pediatría, con cuatro camas de ingreso, que es donde trabaja Ruth. Este lunes ya está atendiendo a los niños que llegan, sobre todo por infecciones respiratorias, gastrointeritis, etc.; lo hace en una tienda de campaña habilitada desde la que desarrolla su trabajo. Junto al equipo de matronas, atienden también a los recién nacidos de partos complicados. Este centro hospitalario está sustituyendo la actividad diaria de un hospital cercano, que se ha derrumbado por culpa del terremoto.

Ruth, en la tienda de campaña desde la que pasa consulta
Ruth, en la tienda de campaña desde la que pasa consulta.

Esta pediatra mallorquina confiesa que para ella lo más duro es conocer las historias personales de sus pacientes y familiares. Para ello cuentan con la ayuda de interpretes que hablan turco o árabe, ya que en la zona también hay población siria. «Este lunes, por ejemplo, he visto a un recién nacido, que vivía con sus padres en el coche; aquí si tienen algún problema y necesitan volver al hospital se complica». Además, cuanta que «hay mucha gente que vive en un centro comercial, que está frente a nosotros: viven en los pasillos, en lo que eran las tiendas, etc.». También le preocupan mucho las personas que se encuentran en tiendas de campaña. «Pienso en el frío que tienen que estar pasando porque nosotros por la noche tenemos frío y contamos buen material para abrigarnos. Además, nosotros estamos a nivel del mar, no quiero ni pensar en los que están viviendo en las montañas nevadas», lamenta.

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Ruth estará dos semanas ayudando a los turcos, este es el tiempo que suelen durar los relevos en estas misiones porque son muy duras. «El trabajo es muy cansado y las condiciones no son nada confortables. Dormimos poco. Llevamos tres días montando el hospital, cargando, descargando, montando tiendas». En este punto, precisa que «tenemos cuatro tiendas de campaña, donde dormimos 80 personas en literas. La comida al principio era regular, ahora es mejor. Además, la convivencia es intensa, los relevos son de 15 días por salud mental».

Preguntada por si la situación es comparable a la de Haití, el otro terremoto en el que estuvo ayudando, responde que aún no lo sabe porque se ha dedicado íntegramente a poner en marcha el hospital. Por lo que ve en las noticias, cree que la situación sí puede ser comparable en cuanto al número de víctimas. En la parte pediátrica, que es la que a ella le ocupa, aclara que la situación basal de la que parten los niños turcos es muy diferente, porque allí no hay mal nutrición, ni malaria, ni patologías tropicales; además, el calendario vacunal es completo. Por tanto, «no son comparables las patologías de los pacientes».

Imagen del hospital que han habilitado
Imagen del hospital que han habilitado.

Cómo ayudar a las víctimas

Preguntada por cómo se puede ayudar desde Mallorca, recuerda que ha colaborado con Médicos del Mundo y asegura que hay organizaciones serias que están trabajando en el terreno. Además, hace una mención especial a la población siria, «porque todo el mundo está más centrado en la turca, y después de 12 años de guerra y del terremoto, está sufriendo mucho y hay mucha dificultad de acceso de la ayuda internacional a las zonas afectadas de Siria. Hay organizaciones internacionales, como Médicos del Mundo, que ya están trabajando en Siria desde antes del terremoto y yo creo que es a las que hay que apoyar y hacer donaciones. Mucha gente es reticente porque piensa que el dinero no llega, que se queda por el camino». Sin embargo, aclara que se utiliza para, por ejemplo, hacer funcionar una estructura como en la que están trabajando ahora. «Esta demostrado que estas intervenciones tienen mucho más impacto en la salud de la población. En mi opinión, hay que hacer donaciones a organizaciones que han demostrado su competencia en emergencias».