Tres coches y tres motocicletas quedaron totalmente calcinadas en el garaje de la calle Tomás Forteza de Palma. | R.S.

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Complicada y laboriosa actuación de los equipos de emergencia en el interior de un garaje ubicado en la calle Tomás Forteza de Palma. Un voraz incendio afectó en la madrugada del pasado miércoles a más de 20 vehículos dejando un balance total de tres coches y tres motocicletas totalmente calcinadas.

Agentes del Grupo de Atracos del Cuerpo Nacional de Policía se han hecho cargo de la investigación y, según fuentes próximas al caso a las que ha tenido acceso Ultima Hora, todo apunta a que el fuego fue obra de un pirómano. Es decir, que la principal hipótesis de los responsables del caso es que el incendio fue intencionado, todo ello, a falta de confirmación oficial y del resultado de las pertinentes pruebas de los equipos de Policía Científica.

Inicio del fuego

El fuego se inició a las 03:47 horas por causas que se desconocen y que están siendo analizadas. Nada más producirse el siniestro, agentes del Cuerpo Nacional de Policía, Policía Local de Palma, Bombers de Palma, personal sanitario del SAMU-061 y técnicos de GESA acudieron de urgencia para hacerse cargo de la situación y auxiliar a las posibles víctimas. Con suma celeridad, pero con grandes dificultades, los bomberos consiguieron sofocar las llamas y proceder a la ventilación del aparcamiento. Como medida preventiva se desalojaron varias zonas y algunos locales anexos.

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El fuego también afectó al falso techo del aparcamiento, zonas comunes, tuberías, fibra óptica e incluso al cableado eléctrico. A pesar de la aparatosidad del incendio y la gran cantidad de humo tóxico generado, no hubo que lamentar daños personales. Unas horas más tarde, sobre las siete de la mañana, en la calle Josep Rover Motta, a escasa distancia del primer suceso, se declaró un segundo incendio. En esa ocasión, los vecinos detectaron con más rapidez el fuego y se consiguió sofocar el mismo. En ese aparcamiento se calcinó por completo una motocicleta de gran cilindrada. Varios vehículos también se vieron levemente afectados por los efectos de la columna de humo que generó el vehículo que estaba envuelto en llamas.

Saltan las alarmas

Sobre las nueve de la mañana, volvieron a saltar las alarmas en la zona. En la misma calle Josep Rover Motta los vecinos y propietarios de locales comerciales alertaron a los equipos de emergencia de un fuerte olor a gas. Los técnicos especialistas de los Bombers de Palma y la Policía Científica procedieron a desalojar algunos inmuebles y locales como medida preventiva y comenzó una exhaustiva inspección del lugar. Una hora más tarde, fuentes policiales confirmaron que no se trataba de un escape de gas. Al parecer, el humo y partículas en suspensión habían generado una combustión con un fuerte olor muy similar al del gas. A medida que fue transcurriendo el tiempo y los bomberos ventilaron la zona se fue recuperando la normalidad.

Investigación
Los agentes responsables del caso son plenamente conscientes de que la proximidad geográfica de ambos sucesos, la hora de inició y las extrañas circunstancias que provocaron los focos de fuego hacen presagiar que tras los mismos se esconde la mano criminal de un delincuente. Por otro lado, los investigadores del Grupo de Atracos iniciaron una batida e interrogatorios en la zona con el objetivo de conseguir las cámaras de grabación del interior de los aparcamientos afectados, locales próximos y posibles testigos presenciales. Los informes de Policía Científica también resultarán determinantes para trazar el perfil y similitud de ambas acciones criminales. No se descartan detenciones en los próximos días.

Punto de vista
Javier Jiménez

La conjura de los tarados

Javier Jiménez

De un tiempo a esta parte, en Palma ocurren cosas muy raras. Los pirómanos se reproducen a velocidad pasmosa, como Gremlins mojados, y se pican entre ellos para ver cuál la lía más gorda. Empezaron con algunos contenedores aislados y el asunto se les ha ido de las manos: ahora arrasan con baterías enteras de basura, coches y motos estacionados e incluso fachadas de edificios.

Lo de pegar fuego a un párking, con todo, supone un punto de inflexión en la conjura de los tarados, que a lo mejor no saben que un garaje en llamas puede ser una ratonera mortal para los vecinos. O sí.