Agentes de Vigilancia Aduanera durante una de sus intervenciones.

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Desconocido: No, si lo importante es eso, que al menos si Dios quiere saldrá, saldrá, tiene que salir, ‘parse’. El café es bueno.

–Pablo:¿Lo probaste o no?
–Desconocido: Sí, lo probé, lo único que, claro, lo probé mal.
–Pablo:¿Por qué?
–Porque lo probé sin colarlo (risas).

El colombiano Pablo Emilio C. se dedicaba, supuestamente, a la venta de cocaína a gran escala. El hombre, de 38 años, fue detenido en su domicilio de Sant Joan, en Mallorca, el 22 de febrero de 2022, cuando esperaba un cargamento de cien kilos de droga camuflada entre paquetes de café. Agentes de Vigilancia Aduanera realizaron un registro en su local y encontraron 200 paquetes de café de 500 gramos de peso neto cada uno. Estaban etiquetados como ‘Café tradicional Buesaco’, pero en el interior no había granos oscuros. Eran 99.862, 67 gramos de color blanco, de cocaína, con una riqueza del 7,24 por ciento. El arrestado no tenía antecedentes, pero según el escrito de la Fiscalía se dedicaba a importar desde Colombia paquetes de café que, en realidad, contenían droga.

Los paquetes que recibía los almacenaba en un local situado en Sant Joan para distribuirlos desde allí. Cuando los agentes de Vigilancia Aduanera le preguntaron por los paquetes que guardaba Pablo Emilio aseguró que no sabía nada de que en el interior había cocaína. Él insistía ante los investigadores en que se dedicaba a comercializar café en bares y que tenía licencia para importar café, canela y cacao.

La titular del juzgado de Instrucción número 2 de Manacor, Rosa Isern, no creyó su versión y ordenó su ingreso en la cárcel. Pablo Emilio vive entre rejas desde el 22 de febrero y está a la espera de la celebración del juicio por estos hechos. El próximo 23 de enero, a las 9.30 horas, se sentará en el banquillo de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma y responderá por un presunto delito contra la salud pública. El Ministerio Fiscal pide una condena de ocho años de prisión para el hombre y una multa de cuatro millones de euros. El valor de la droga intervenida ascendió a 1.075.710 euros.   

El 19 de febrero del año pasado, funcionarios de Vigilancia Aduanera en el aeropuerto de El Prat, en Barcelona, intervinieron 27 paquetes de café tradicional Buesaco, de 500 gramos cada uno, con destino a Pablo Emilio. Había 13.557 gramos de cocaína con una riqueza del 7,22 gramos. Los investigadores averiguaron que el hombre únicamente había trabajado en la parroquia de San Jaime, en Alcúdia, y había ingresado un total de 412 euros en 2021. Dios, o en este caso los funcionarios de Vigilancia Aduanera, le pillaron sin confesar.