La Policía Nacional ha detenido al septuagenario por cinco robos en casas de Mallorca. | M. À. Cañellas

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A sus 70 años y con una pensión de jubilación de 904 euros decidió ponerse a robar en viviendas de Mallorca. Empezó por la de su hermana en Lloseta y después también entró en viviendas de Sineu y Palma. Hacía pocos meses que había salido de la cárcel tras cumplir una condena por hechos similares. El pasado viernes la Policía Nacional lo detuvo. El hombre, de nacionalidad española, está acusado de al menos cinco delitos de robo con fuerza en casa habitada. La jueza de refuerzo del juzgado de Instrucción número 2 de Palma, que este sábado se encontraba en funciones de guardia, acordó el ingreso en prisión del septuagenario tras escuchar la petición del fiscal Gonzalo Sans.

Comisión

El arrestado sólo respondió a las preguntas de su abogado, Miguel Ángel Cardell, e intentó desvincularse de los robos. Aseguró que los cometían un grupo de jóvenes marroquís y que él sólo les facilitaba las herramientas para entrar en las casas a cambio de una comisión: por cada 1.000 euros en joyas se llevaba 100. El primer robo se produjo el 28 de octubre en la vivienda de su hermana situada en Lloseta, según la Policía Nacional, que se hizo cargo de la investigación de los hechos. Dos días después accedió a un domicilio del Camí de Passatemps, en Palma.

El día 7 de noviembre entró en unos bajos de Sineu, el 17 en otra casa situada en la plaza des Fossar de la localidad y el 3 de diciembre en un chalet de Palma. En la mayoría de los casos accedía forzando una puerta o una ventana y sustraía principalmente joyas y relojes. El material que robaba lo vendía después en distintas tiendas de compraventa de oro. Los investigadores calculan que con las ventas de las joyas consiguió alrededor de 13.000 euros. Los agentes que se hicieron cargo del caso han recuperado una parte del material robado y se lo han devuelto a sus legítimos propietarios.

El septuagenario tras ser detenido declaró ante la Policía Nacional que los robos los cometieron un grupo de jóvenes de origen marroquí a los que conoció en prisión. El hombre explicó que le habían amenazado de muerte si no les ayudaba y que les facilitaba herramientas como destornilladores. A continuación, según su versión, le entregaban las joyas y él se encargaba de venderlas. No identificó a ninguno de los supuestos ladrones.

El apunte

La Policía Nacional encontró en su casa material para cometer robos

La Policía Nacional registró el domicilio del septuagenario y encontró numerosas herramientas que habría utilizado para cometer los robos, así como guantes y otro material. Los responsables de la investigación creen que el presunto delincuente se dedicaba a robar porque tenía algún tipo de problema de ludopatía.