Marga Campos, muestra cómo el agua cubrió por completo la escalera de su floristería. | Isaac Hernández

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Es difícil cuantificar los efectos devastadores de una inundación, pero algunos de los afectados por la rotura de una tubería en el Pont d’Inca lo han perdido todo. Es el caso de Marga Campos, propietaria de uno de los locales comerciales afectados: «Tengo una floristería y lo he perdido todo. La cámara de frío, herramientas, almacén, género etc... ya puedo decir adiós a toda la campaña de Navidad y con mucha suerte espero poder llegar a la del día de San Valentín. Esto es un drama para la gente trabajadora».

La rotura se produjo el sábado por la mañana y hasta el lugar se movilizaron efectivos de Emaya, la Policía Local de Marratxí, Protección Civil y los Bomberos de Mallorca. En total hay 44 vehículos y unos 80 vecinos afectados. Además del párking, se inundó una obra y el sótano. La conducción averiada, que aporta agua potable desde Son Tugores hasta la zona de Llevant, generó el caos en la zona.

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Joan Pujades, piloto de rallys, también es uno de los afectados. Su coche de competición quedó sumergido por el agua. «No solo es el coche, sino que también he perdido todas las herramientas y piezas de recambio», ha lamentado. «Los daños materiales son cuantificables, pero lo que no se puede calcular nunca son las horas y el esfuerzo que hemos dedicado a la preparación de este coche para la competición».

Los técnicos de Emaya desviaron las conducciones de agua para que ninguna vivienda se quedara sin suministro. La Policía de Marratxí también se movilizó para regular el tráfico ya que la carretera también se inundó por la fractura de la cañería. Los peritos del Ajuntament acudieron al inmueble para realizar una primera valoración de los daños en los vehículos afectados.