Teresa Bueyes (derecha), abogada de Bover. | Alejandro Sepúlveda

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El ‘caso Cursach’ sin Bartolomé Cursach es un imposible. El mayor colapso jamás visto de un causa durante un juicio ha provocado que ni siquiera las acusaciones particulares más beligerantes contra el empresario puedan seguir adelante. El ‘caso Sa Trobada’ o el ‘caso Mayans y Mayol’ (nunca se ha hablado de uno sin el otro) son alternativas posibles. En el TSJIB queda el ‘caso Penalva y Subirán’, padres del fiasco.

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Que se presente la «abogada ausente»

De nuevo, Teresa Bueyes, abogada de la acusación de Magaluf Boulevar volvió a ser la estrella de la sesión sin aparecer. Tenía que hacerlo para presentar su prueba documental: no lo hizo ni lo encargó a otros compañeros. El tribunal hizo una diligencia de constancia a través del letrado de la administración de justicia. No dijo nada de la retirada. Mandó un escrito al tribunal. La sala le ha contestado: le indica que tiene que cumplir el trámite de conclusiones definitivas como marca la ley. En la providencia se lo dicen en mayúsculas, en negrita y subrayado. Que se presente.

Informes y últimas palabras

Con las retiradas quedan en el aire los informes de las defensas a las que nadie acusa ya. Algunos abogados tenían muchas ganas de explayarse tras visto lo ocurrido en el juicio. Si el tribunal les permite hablar serán intervenciones sobre Penalva y Subirán. En cualquier caso, lo que sí parece más probable que ocurra es que los acusados tengan trámite de última palabra para cerrar el juicio. Tras años de calvario judicial es también probable que algo quieran decir.