Merlinda M., durante una de las sesiones del juicio celebradas en la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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Merlinda M., la mujer que odiaba a los curas, no tiene que estar en la cárcel y sí en un psiquiátrico. Así lo considera el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de Palma que juzgó días atrás a la acusada, de nacionalidad cubana. Los magistrados dan la razón a los facultativos que declararon en la vista y no a la Fiscalía, que rechazó la eximente completa y que finalmente ha sido apreciada. Se le imponen así dos años y 16 días de internamiento en un centro psiquiátrico.

El fallo absuelve a la acusada, que fue asistida por la abogada Mar de la Loma, de la mayoría de delitos debido a su estado mental, que, según el tribunal, «afecta su conciencia y raciocinio en todo lo relacionado con el delirio». Asimismo, en el caso del delito contra los sentimientos religiosos, por interrumpir una ceremonia el 1 de enero de 2019, la Audiencia considera que no quedaron debidamente acreditados los hechos con la versión ofrecida por los testigos de los hechos. Cabe recordar que la procesada se acogió a su derecho a declarar.

La mujer estaba acusada de asaltar iglesias interrumpiendo las ceremonias y de acosar y agredir a sacerdotes y personas del entorno del Obispado y diferentes parroquias de Ciutat. Se le imputaban decenas de incidentes todos ellos relacionados con la Iglesia y fue arrestada en numerosas ocasiones. Durante la vista, dos psiquiatras concluyeron, a pesar de las reticencias del fiscal, que la mujer sufre un trastorno delirante de contenido místico-religioso que requiere tratamiento. Consideran que la mujer no es consciente de sus actos. La Fiscalía pedía para ella seis años de prisión y 17 años y medio de internamiento médico. También orden de alejamientos de 300 metros de varios párrocos, que en este caso sí que tendrá que cumplir.