Los tres acusados, ayer, en el juicio en una sala del juzgado de lo Penal número 3. | Guillermo Esteban

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Dos hombres y una mujer han sido condenados por la muerte de un obrero durante la reforma de la piscina de Son Roca en 2019. La víctima, de 54 años y nacionalidad cubana, falleció tras caer de un andamio desde cinco metros de altura. Los acusados, la administradora del contratista, el encargado de la obra y el administrador de otra subcontrata, aceptaron ayer en el juicio una pena de dos años de cárcel cada uno tras declararse culpables de delitos de homicidio y lesiones por imprudencia grave y contra los derechos de los trabajadores. Los tres procesados no podrán desempeñar ningún cargo relacionado con la administración de empresas vinculadas a la construcción.

Los hechos juzgados ayer ocurrieron el 5 de agosto de 2019 en unas obras en las instalaciones del polideportivo municipal de Son Roca. Los trabajos consistían en asegurar la estabilidad de los paneles de la cubierta de la piscina del centro mediante una estructura metálica adicional colocada y sujeta en la parte inferior.

El trabajo que tenía que realizarse en el entrevigado del techo de la piscina, según recoge la Fiscalía, se encontraba a una altura del suelo de siete metros. Los trabajadores utilizaron un andamio como torre de trabajo móvil con ruedas para su desplazamiento y lo situaron dentro del vaso de la piscina y no en una zona plana. Había un desnivel del dos por ciento. Se trataba de un andamio para fachadas y estaba formado por tres cuerpos. La última plataforma de trabajo estaba a una altura del suelo de cinco metros. Las plataformas estaban montadas a medio cuerpo y la altura correcta debía ser de seis metros.

Los acusados carecían de la formación preventiva y experiencia certificada exigible para montar el andamio y para inspeccionarlo. Los responsables de la empresa no facilitaron a los trabajadores el preceptivo manual de montaje e instrucciones del fabricante para garantizar un seguro montaje del mismo.

El andamio se utilizó con una configuración distinta de la prevista por el fabricante, lo que provocó la caída de José Antonio Hernández, de 54 años, que falleció en el acto tras sufrir un traumatismo craneoencefálico en la piscina sin agua. Un compañero de origen pakistaní, que también se precipitó de la plataforma, sufrió múltiples lesiones y los acusados lo indemnizarán con 2.500 euros. La Policía Nacional abrió una investigación y detuvo a cinco personas.