Miquel Perelló, durante la entrevista. | Alejandro Sepúlveda

TW
27

Miquel Perelló, el veterano espeleobuceador que quedó atrapado el pasado domingo durante más de siete horas en la cueva de Sa Gleda, continúa el proceso de asimilación de todo lo ocurrido durante y después de su última inmersión. En una cita con Ultima Hora, relata sus sensaciones después de unos días. Reconoce que a pesar de este último susto, volverá a sumergirse en las profundidades de la tierra.

- ¿Cómo se encuentra?
Físicamente y anímicamente estoy bien. Un poco agobiado por todo lo que ha pasado después del rescate. No esperaba todo el operativo de rescate y el despliegue mediático de después.

- ¿Y eso?
Esperaba un rescate interno por parte de mis compañeros. Yo tenía aire para volver por donde había venido. Eso sí, tenía que esperar entre 12 y 24 horas para poder regresar con buena visibilidad. Es lo que tarda en limpiarse el agua de sedimentos levantado.

- ¿Cómo fue el momento del rescate?
Después de 7 horas y media esperando en la bóveda vi aparecer a Freddy Fernández. Habían venido por otro camino, un poco más largo. Me dijeron que era inviable volver por donde Xisco Gràcia y yo habíamos ido. Chequeamos el equipo, todo estaba bien y salimos de la cueva.

Noticias relacionadas

Al ver a Freddy le dije que habían tardado mucho. Se empezó a reír y me dijo: «La que has montado». Fue allí cuando reviví el rescate de Xisco. Él estaba bastante afectado y por precaución avisó al 112 y a los GEAS.

- ¿En ningún momento pasó miedo o temió por su vida?
Sabía que la situación estaba controlada. Es una cueva muy complicada pero en Mallorca hay gente preparada para llegar a la sala donde estaba. En estos casos todos los compañeros se unen y ayudan. Sabía que vendrían, solo era cuestión de esperar. Podría haberlo intentado pero era asumir riesgos en ese momento innecesarios.

- ¿Nada? ¿Ni un poco nervioso?
Estaba tranquilo, tenía que estarlo. La cabeza te da mil vueltas y te pasa por la cabeza intentar salir. Tienes una lucha interna. Aún así quedaban muchas otras opciones antes que arriesgarme. La única duda que me atormentaba era como se encontraba Xisco y si había conseguido salir.

- Imagino que la experiencia ayuda mucho en estos casos.
Sí, hemos tenido muchos accidentes. Pequeños, medianos y grandes sustos o complicaciones como lo de Xisco. Todo esto va sumando y te da una base y una experiencia para momentos así. El paso de los años y la veteranía ayudan mucho. Al final es una práctica de riesgo. Nos arriesgamos para ver lugares que nadie ha visto. Las exploraciones y los descubrimientos que hacemos son lo último que queda por descubrir en este planta.

El espeleobuceo se considera una práctica deportiva de riesgo. Foto: Miquel Perelló.

- ¿Volverá a sumergirse en una cueva?
Soy feliz haciendo esto. Volveré. Me conozco y volveré. He estado analizando y lo que ocurrió es parte de esta práctica, creo que no hubo fallos por nuestra parte. Con algo de jaleo pero 'n'hem sortit'.