Los responsables de otros tres locales testifican en el 'caso Cursach'

Tras la declaración del responsable del Bluesville el tribunal da por terminada la sesión de hoy. Mañana continúan las declaraciones de dueños de bares.

El responsable del Blues Ville señala que las licencias se concentaron en unos años. "Pennsaba que era un acoso y derribo los mismos agentes y era un poco extraño. Al cabo de unos años siguió habiendo una presión, para mí un acoso pero ya no una detrás de la otra. Pasaron a ser denuncias de vecinos."

El siguiente testigo habla sobre el agente fallecido, aunque se equivoca al identificarlo. Una vez solventada la confusión se termina su declaración en cinco minutos.

Declara la mujer del anterior, que también trabajaba en La Bodeguita. Identifica a dos policías sin duda a los dos agentes que realizaban las inspecciones.

Habla sobre cómo identificó a este policía, acusado en el juicio: "Cuando estalló el caso puse mucho más interés en lo que me estaba pasando, me presenté en el juzgado y ahí me enteré de todo. Me llevaron a ver unas fotos de algunos policías, le reconocí enseguida y me dijeron su nombre. Las fotografías me las enseñó la Policía Nacional".

«Hubo quien se tomaba una copa en horario comercial sin pagarla, no se si era en su horario laboral. Estaba acojonado de cobrarle por sus formas y por su presión. ¿Era algún policía en concreto? Era un policía en concreto, Gabriel Mayol.»

El dueño de varios locales en La Lonja explica: "Me llevaban de manera muy rígida el horario de cierre. Tenía que cerrar a la una sí o sí. Decían que era lo que tenía que hacer. No se porqué algunos bares sí podían y otros no".

Comienza la declaración del segundo testigo, que trabajó en un local de Platja de Palma. Habla de un aumento de inspecciones en 2014 por menores. No recueda un episodio sobre el levantamiento de una persiana. La declaración dura cinco minutos y la Sala hace un receso.

La defensa del jefe de la Patrulla Verde le enseña el acta por el que se clausuró el Divino por exceso de ruido. Existía una denuncia de una vecina. «Me parece lógico que vaya la policía en ese caso». Además, la unidad acudió a la zona requerimiento de otro grupo, lo que contradice lo dicho por el testigo que solo iban para acosarlos.

Asegura que el director de Tito's le ofreció trabajo: "Se me ofreció por parte de Jaime Lladó un trabajo. No sabían que habíamos declarado y todo esto. Pensé, es una oportunidad para meterme en eso y enterarme de algo. Estuve dos meses, como no vi nada más me fui".

Admite que no tenía título que le habilitara para tener terraza, pero sostiene que se había permitido antes y que no es razonable que se le inspeccionara.

«No encontramos al de las denuncias. Contratamos a un detective a ver quién es el figura este. Nos hizo una foto del tío que vivía en Bahía Azul y ni pisaba el paseo Marítimo. Más adelante supimos que tenía relación con el Grupo Cursach, que estaba contratado por ellos para que nos pusiera denuncias. Luego puso un bar detrás de nosotros».

«Hemos sufrido persecución por los tiqueteros desde el principio. El carné valía 400 o por ahí. Veíamos que la competencia que tenía más trabajadores que nosotros podía tener más, pero es imposible que tuviera tantos. ¿Tenían más? A veces sacábamos alguna camarera más. Veíamos que el otro falsificaba carnés, estábamos flipando», dice el testigo.

Insite en que el acoso seguía por una demanda que interpuso Acotur contra su licencia y que dio lugar a un procedimiento judicial. «A qué viene una asociación de Calvià a denunciarme a mí», señala. Culpa al Grupo Cursach.

«Luego ya como el tipo de público cambió porque empezó la crisis, bajó el tema de la noche y ya estábamos machacados, nuestro pulmón financiero era muy débil después de hacer la reforma». El fiscal le insiste para que conteste a sus preguntas y no divague. Ahora introduce que los autobuse con los que llevaban «guiris» eran parados de forma sistemática en s'Arenal para inspecciones. Tampoco aclara qué policías eran en concreto.

«En 2010 Acotur nos denunció la licencia, el ayuntamiento no nos la daba. Nos decía que nos la miraba con lupa porque decía qeu teníamos a Cursach detrás». ¿Quién se lo dijo? , le pregunta el fiscal. «No recuerdo en concreto, nos decían no vamos a dar una licencia si no estamos al cien por cien seguros. No nos la querían firmar, no se quería mojar nadie».

«Sufrimos la primera redada de aforo de todo Balears, en Halloween. Los extranjeros pensaban que era un disfraz. Ya sabíamos que no cumplíamos el aforo, como nadie lo cumple». Había 600 personas de más.

El tesigo dice que la policía comenzó a ir «cada fin de semana». Apunta al mismo agente sobre el que ya declaró Ángel Ávila, el acusado que falleció antes del juicio. No identifica a más.

Admite que Level tenía problemas con la licencia. En particular con el aforo que «éra ínfimo». «Intentamos ponernos en marcha». Había problemas también con la terraza.

Habla del inicio de la tensión con el Grupo Cursach y Sbert: «Era un tema comercial. El monopolio se le rompía. No soportaban que lleváramos gente y que se divirtiera más. Tenía que matar eso».

Cuenta un incidente con Sbert. El testigo dice que llamó a la Policía Local porque Tito's usaba autocares para llevar clientes y hacer una ruta de copas. La policía movilizó ese autocar y Sbert apareció. Se encararon en la mediana del Marítimo.

Declara el primer testigo, socio de Ángel Ávila en la discoteca Level y más tarde en el Divino. Afirma que a partir de 2007 tuvieron «amenazas de Sbert» y comenzaron las inspecciones policiales.