El jurado popular ha emitido su veredicto de culpabilidad en la tarde de este jueves. | Alejandro Sepúlveda

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El tribunal popular ha emitido la tarde de este jueves el veredicto de culpabalidad hacia Antonio Cortés, el acusado de acabar con la vida de Remedios Cortés, su expareja y también prima, en noviembre de 2020 en Palma. El jurado considera que cometió un delito de asesinato con alevosía, incluyendo las agravantes de parentesco y de género. También han apreciado las atenuantes de toxifrenia leve y confesión tardía que solicitaba la defensa del procesado, ejercida por Julio Romero. La Fiscalía ha fijado su petición de pena finalmente en 23 años de prisión -y no en los 25 que solicitaba inicialmente-, al igual que la acusación particular y la popular. También piden que el hombre indemnice a los cuatros hijos que tenían en común con 100.000 euros a cada uno y a los padres de la víctima con 50.000. El juicio ha quedado visto para sentencia.

El trágico 3 de noviembre de 2020 Remedios le pidió a Antonio quedar. Al menos eso explicó él. «Ella me insistió para quedar para hablar del tema de los niños y yo accedí a quedar por ellos. La recogí en su casa y me dijo que fuéramos a un sitio donde no nos viera nadie», dijo. Descartó que hubiese un problema de celos. «No me aguantaba y yo quería que hiciera su vida, lo tenía asumido», recordó. También, antes de entrar en detalles de lo que ocurrió en el coche, recordó que ese día «me puse a beber con los compañeros de trabajo y también fumé muchos porros y consumí mucha cocaína».

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Una vez en el vehículo, y camino del polígono de Son Rossinyol, empezaron los problemas. Según él se agredieron mutuamente y ella cogió un destornillador de la guantera. Se lo arrebató y se lo clavó. Después la metió en el maletero creyendo que estaba muerta. En ese momento abandonó el polígono y condujo en dirección al Camí de Ca na Verda, en es Secar de la Real. Mientras esto ocurría Remedios pudo salir del maletero y quiso apearse del coche. Cuando Antonio se dio cuenta perdió el control del coche y tuvo un accidente. La mujer echó a correr como pudo y él la alcanzó. En ese instante comenzó a golpearla. «Primero la arrastré y luego le pegué con una piedra».

Hasta la muerte. Más tarde le quitó la ropa e intentó deshacerse del cuerpo tirándolo a la zona del torrente. Horas más tarde él mismo llamó a la Policía Nacional y confesó que había matado a la que era la madre de sus cuatro hijos.