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El tribunal se pasó media mañana aguantando la paciencia con la inspectora de Blanqueo y otra media sesión intentando, sin éxito, que algún abogado diga dónde está el documento que quieren enseñar en medio de la pila de documentos.

Demasiado cansada para estudiar

La inspectora presumió en el juicio de que es «muy rigurosa» de su formación como científica (bióloga y biotecnóloga). Un abogado le preguntó por qué no dedicó la tarde anterior a leer los informes de los que no se acuerda. «No se me ocurrió. Estaba cansada y me fui a casa». La Sala advirtió una y otra vez de «efectos gravísimos», «graves consecuencias» o «nos movemos en la cuerda floja» del falso testimonio. La inspectora que lideró durante dos años la investigación no se acuerda. ¿El policía local adscrito a la investigación? «Un señor bajito y con barba».

«La prueba se practica aquí, en el juicio»

La trascendencia de lo ocurrido con la inspectora lo recordó la presidenta. «La prueba se practica aquí». Todo lo investigado, si no se defiende en el juicio, no vale para nada.

La primera rectificación

El tercer testigo del juicio declaró que no es cierto lo que aparece en su declaración de instrucción y que, los principales datos incriminatorios los introdujo el fiscal Subirán. Los testigos propuestos por la Fiscalía no han aportado datos de cargo por ahora y eso que se hizo una limpieza.