Durante el fin de semana, la policía acudió hasta en diez ocasiones.

TW
29

La sucursal okupada de la avenida de San Fernando de Palma contabiliza, en los dos últimos meses, más de un centenar de intervenciones policiales. Este número puede alcanzar las 500 intervenciones si nos remontamos al mes de marzo que fue cuando entraron los okupas. Todas las noches, tanto la Policía Local de Palma como la Policía Nacional son comisionadas para acudir de urgencia al conflictivo local.

Peleas, gritos, ruidos, amenazas, enfrentamientos con los vecinos, venta de droga, incendios, etc... Este fin de semana, bien entrada la madrugada, una discusión entre un cliente y los vendedores de droga desencadenó en una discusión. Poco a poco el incidente fue subiendo de tono hasta que llegaron a las manos. Finalmente, la rápida llegada de la Policía Local puso fin a la pelea y el comprador salió huyendo para no ser detenido.

Noticias relacionadas

Desde que ambos cuerpos policiales solicitaron al juez que autorizara el desalojo de la sucursal por motivos de seguridad, los problemas han aumentado. «Saben que los van a echar a la calle y han perdido el miedo. Ahora nos insultan, amenazan y los enfrentamientos violentos están a la orden del día. Esto acabará muy mal si no ponen solución», apuntan los vecinos de la zona.

El pasado miércoles los agentes de la Policía Nacional y de la Policía Local de Palma tuvieron que intervenir, hasta en tres ocasiones, por incidentes relacionados con los okupas. Como consecuencia de uno de ellos, un joven colombiano, de 22 años, acabó detenido. Los incidentes arrancaron pasadas las doce de la noche cuando varios jóvenes, entre los que se encontraba un adolescente de 14 años, se enfrentaron a los vecinos del edificio y a todos lo transeúntes que pasaban por la calle en ese momento.

Estaban bebiendo de forma compulsiva y consumiendo sustancias estupefacientes. A la llegada de los agentes, procedieron a la identificación de los sospechosos levantando actas por consumo y remitiendo un informe judicial a la autoridad competente para que ordene el desalojo del local por razones de seguridad. También se alertó a los padres del menor para que se hicieran cargo del mismo. Poco después, a las dos de la madrugada llegó un nuevo altercado. En esta ocasión, gritos, ruidos y amenazas entre ellos dentro de la sucursal okupada.