El procesado el día del juicio, celebrado en julio. | Juan P. Martínez

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Un juzgado de lo Penal de Palma ha absuelto al hombre acusado de incordiar durante año y medio su vecino de abajo en Cala Mayor. La magistrada considera en la sentencia que la prueba aportada en la vista, celebrada el pasado mes de julio, «no es suficiente para fundamentar un pronunciamiento condenatorio». El varón, que se enfrentaba a una condena de un año de prisión por un delito de coacciones y a una indemnización de 1.000 euros en favor del denunciante, negó las acusaciones.

La jueza señala que tras la celebración de la vista existen «dos versiones totalmente contradictorias y la del acusado goza de la protección constitucional de la presunción de inocencia». También añade que «ha quedado acreditada la problemática entre el acusado y el denunciante y la existencia de ruidos en el edificio, constantes y molestos, pero no ha quedado probado que el acusado fuese el causante». Los hechos enjuiciados se remontan a inicios de 2018 y se prolongaron hasta mediados de 2019.

La víctima, de nacionalidad búlgara, describió lo que le llevó a denunciar. «Tuve que aguantar cada mañana, durante año y medio, de 5.30 a 7.00 horas el ruido de mi vecino. Golpes y ruidos, cada día a la misma hora», subrayó. El denunciante rememoró el día que fue a hablar con el procesado. «Subí a su casa y le dije que no hiciera ruido. Paró durante tres o cuatro meses y luego continuó», dijo. Cuestionado sobre si las molestias venían de la vivienda de encima de la suya no tuvo dudas. «El ruido venía de arriba, estaba claro». El hombre, que negó haber tenido antes problemas con otros vecinos, tuvo que acudir al médico y le diagnosticaron migraña.

El imputado, por su parte, rechazó las acusaciones contra él. «Es cierto que el primer día que llegué al edificio sí que hice ruido, pero fue por la mudanza. Pero ya está, ahí acabó todo», señaló. Asimismo, relató lo que ocurrió en varias ocasiones cuando avisaban a la Policía Local de Palma. «Llegó el asunto a un punto que los agentes venían porque decían que hacía ruido y yo no estaba ni en casa», recordó. «El que ha vivido un infierno con esto he sido yo», sentenció.