Imágenes del joven, caminando entre los coches con la katana. | CNP

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«Policía, policía. Hay un hombre que lleva una katana en la mano y está drogado, borracho o poseído, no lo sé. Está lanzando cuchilladas y golpeando coches y los escaparates de las tiendas. Vengan rápido. Se ha metido dentro de un local». Esta es parte de la declaración de uno de los testigos que presenció los hechos y que no daba crédito a lo que estaba sucediendo en torno a las 05:30 horas de la madrugada del sábado al domingo en las calles de Platja de Palma.

Por causas que se desconocen y que están siendo objeto de investigación, la Policía Nacional tuvo que detener a un hombre, marroquí de 30 años de edad, acusado un delito de daños en vehículos y establecimientos públicos.

Las primeras llamadas alertaban a los equipos policiales de la presencia de un hombre que iba armado con una katana y, supuestamente, bajo los efectos del alcohol o de alguna sustancia estupefaciente. El marroquí no cesaba de ir de lado a lado de la calle, cruzando sin mirar y golpeando con el arma a todos los coches y escaparates que se encontraba a su paso. También, lanzó varios golpes a portales de viviendas y mobiliario urbano.

A la llegada de las primeras patrullas, los agentes fueron requeridos por los vecinos y afectados. Los funcionarios policiales observaron dos coches con daños de consideración en el capó. Los turismos tenían abolladuras y golpes realizados con un objeto punzante. Otro vehículo presentaba un cristal roto, un retrovisor y otros daños. En ese momento, los agentes fueron alertados de que el sospechoso se había refugiado en un local de la zona.

Los policías accedieron a dicho establecimiento que estaba abierto pero con las luces apagadas. La barrera metálica exterior se encontraba medio abierta y el cristal de la puerta quebrado. En el registro los agentes encontraron a un joven, con síntomas de estar muy ‘colocado’ detrás del mostrador. Cuando le dieron el alto y le indicaron que saliera con las manos en alto y sin realizar movimientos extraños, salió de su escondite con las manos visibles y dejando previamente la katana en el suelo. Tras recabar la información de lo sucedido, toma de declaración de los testigos y valoración inicial de daños se detuvo al joven.