David y Purificación, con su hijo de 3 años, en Son Servera.  | R.S.

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–Hola, ¿estás oyendo a tu hijo llorar? Bueno, pues le he sentado a comer y según le he puesto los macarrones los ha tirado. Y he cogido los macarrones y se los he plantado en la cabeza, ¿vale? Puede que me haya pasado. Este fue el mensaje de voz que recibió David C., el pasado 20 de mayo, de parte de la directora de una escoleta de Son Servera. El padre del menor, de 3 años, fue directo a denunciar a la mujer ante la Policía Local por un presunto delito de maltrato.

El niño «tenía hematomas en la oreja izquierda, en el pómulo y sangre en la parte superior del labio», cuenta por teléfono el hombre. La directora del centro reconoció ante la Guardia Civil que le puso los macarrones en la cabeza y ahora el juez de Instrucción número 3 de Manacor ha archivado el caso. «No hay ningún testigo y el menor de 3 años carece de capacidad para ofrecer un relato de los hechos», indica en el auto. «A pesar de lo reprobable de su comportamiento, propiamente no estamos ante un maltrato físico o psíquico, sino ante un exceso en la actuación de la cuidadora que debería quedar excluido del Derecho Penal».

Los padres del niño aportaron un parte médico del PAC de Son Servera que recogía las lesiones sufridas. «Carecemos de indicios para acreditar algún tipo de golpeo más allá del parte de lesiones», añade el juez. Los padres del menor, a través de su abogado, han recurrido el sobreseimiento de la causa ante la Audiencia Provincial de Palma.