El procesado, durante el juicio celebrado en una sala de lo Penal de Vía Alemania, en Palma. | Juan P. Martínez

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«Vivíamos en un edificio de 165 miniestudios de Cala Major. Allí hay molestias siempre. Mucha gente joven que va y viene». El acusado de incordiar durante un año y medio –desde 2018 a mediados del 2019– a su vecino de abajo haciendo ruido de madrugada negó los hechos durante el juicio celebrado en una sala de lo Penal de Vía Alemania. El hombre que le denunció tuvo que acudir al médico y, según explicó ante la jueza, le diagnosticaron migraña por esos episodios. El Ministerio Fiscal pide para el procesado, de nacionalidad española, un año de prisión por un delito de coacciones. Además solicita que indemnice a la víctima en 1.000 euros por el daño moral ocasionado.

El imputado, de 31 años, se mostró firme en su declaración en sede judicial a la hora de explicar lo sucedido. «Es cierto que el primer día que llegué al edificio sí que hice ruido, pero fue por la mudanza. Pero ya está, ahí acabó todo», señaló el hombre. Asimismo, relató lo que ocurrió en varias ocasiones cuando el perjudicado avisaba a la Policía Local de Palma. «Llegó el asunto a un punto que los agentes venían porque les avisaban del ruido y yo no estaba ni en casa», recordó. «El que ha vivido un infierno con esto he sido yo», sentenció.

El edificio donde coincidieron acusado y víctima  está ubicado en la calle Miquel Rosselló Alemany, de Cala Major. Cuenta con 165 viviendas.

Por su parte, la víctima, de nacionalidad búlgara, describió lo que le llevó a denunciar a su vecino. «Tuve que aguantar cada mañana, durante año y medio, de 5.30 a 7.00 horas el ruido de mi vecino. Golpes y ruidos, cada día a la misma hora», subrayó. El denunciante rememoró el día que fue a hablar con el procesado. «Subí a su casa y le dije que no hiciera ruido. Paró durante tres o cuatro meses y luego continuó», dijo. Cuestionado sobre si las molestias venían de la vivienda de encima de la suya no tuvo dudas. «El ruido venía de arriba, estaba claro». El hombre, que negó haber tenido antes problemas con otros vecinos, tuvo que acudir al médico y le diagnosticaron migraña. El juicio quedó visto para sentencia.

El apunte

«Nos despertaba cada noche y nos tuvimos que ir de allí por su culpa»

La pareja sentimental del perjudicado declaró como testigo en el juicio. La mujer, ayudada por una intérprete de búlgaro, explicó a la jueza que las molestias de su vecino de arriba les «despertaba cada mañana». Y a preguntas del abogado del imputado, como su marido, no dudó en apuntar al imputado como el autor de los ruidos. «Seguro que era él y que lo hacía a propósito», dijo. Asimismo, reconoció que el infierno que les hizo vivir el hombre les obligó a cambiar de residencia después de 15 años viviendo en Cala Major.