El joven de 25 años y nacionalidad española (con camiseta roja en la imagen) que se entregó en la Jefatura de la Policía Nacional el jueves pasó a disposición judicial por la tarde y se ordenó su ingreso en prisión por un delito de homicidio. Los investigadores siguen buscando a otros tres amigos suyos, cómplices. | Alejandro Sepúlveda

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Uno de los tres jóvenes que siguen en paradero desconocido y que la policía busca como cómplices del homicida de Cala Major conocía de antes a Sebastián Femenías, la víctima mortal. Sin embargo, hasta la fecha del Grupo de Homicidios no ha encontrado indicios de que el agresor y el fallecido hubieran tenido algún tipo de relación –directa o indirecta– en el pasado.

Desde el principio, los investigadores de la Jefatura de Policía barajaron la posibilidad de que los cuatro amigos de la discoteca Rockefeller’s conocieran de algo al cocinero que murió por una patada en el cuello. Eso explicaría por qué uno de ellos, el de 25 años que se ha entregado y ya está en prisión, se dirigió directamente hacia él y le golpeó a traición. No obstante, solo se ha podido confirmar hasta el momento que uno de los cómplices y Sebastián se habían visto anteriormente.

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Intenciones

Por otra parte, este viernes pasó su primera noche en prisión el presunto homicida, que sostiene que no tenía intención de matar al chef y que solo quiso apartarlo de su camino, cuando salía de la discoteca y se disponía a bajar por las escaleras. Su relato, empero, no coincide con la versión que facilitó una testigo presencial de los hechos. El acusado, representado por el abogado Juan Carlos Peiró, declaró durante más de una hora en el juzgado de guardia y después el juez ordenó su ingreso en prisión.

En la cárcel de Palma se encuentra con un preso de apoyo, que vela para que no se autolesione. El acusado no tiene antecedentes y cambió de casa el mismo día de la agresión, para que la policía no le localizara. En varias ocasiones estuvo tentado de entregarse, pero después falleció la víctima y volvió a asustarse, consciente de que iba a ser acusado de un delito de homicidio. De nuevo contactó con otro letrado para barajar sus posibilidades, pero solo fue cuando la policía siguió a toda su familia cuando comprendió que no tenía otra opción que entregarse.