Los tres acusados, este miércoles, en el juicio la Audiencia de Palma. FOTO: GUILLERMO ESTEBAN

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Pau Rigo, empresario jubilado de 77 años, recogía naranjas en su finca de Porreres, de 17.000 metros cuadrados, el 6 de diciembre de 2017. Alrededor de las cinco de la tarde, dos encapuchados con guantes y pasamontañas accedieron descalzos al domicilio y se dirigieron a él. Uno de ellos le arrebató el cuchillo que llevaba para cortar la fruta y se lo colocó en el cuello. El otro sospechoso le puso una pistola en la cabeza y, a continuación, ambos se presentaron: «Somos la banda del diablo».

Los atracadores le quitaron el móvil y le pidieron que le entregara el dinero de la caja fuerte. «Me pusieron un cuchillo en el cuello y una pistola en la cabeza. Se llevaron 30.000 euros y me dejaron encerrado, atado de pies y manos, a una silla en la oficina del sótano», ha declarado el perjudicado con un palillo de dientes en la mano izquierda, este miércoles, en el juicio en la Audiencia de Palma.

La fiscal Lidia del Valle ha preguntado al anciano por qué no denunció. «Por miedo. Cuando notas el cuchillo aquí [se tocó el cuello], que lo sientes fuerte, y la pistola en la cabeza, me parece que es normal que tuviera miedo».

Uno de los acusados, Marcos Rotger, ha explicado que conocía a Fredy Escobar, otro de los procesados, porque le pidió marihuana, pero no se la pagó y le amenazó. «Me tuve que poner a sus órdenes y me dijo que le acompañase a la finca de Porreres, que tenía que llevarlo sí o sí. Yo no sabía si en esa casa había dinero, no conocía a Pau Rigo. En el coche íbamos José Antonio Sánchez, [conocido como ‘Pep Merda’], Fredy Escobar, un ‘morito’ y yo».

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Fredy y ‘Pep Merda’ sólo han respondido a las preguntas de sus abogados y se han desvinculado del asalto. El primero ha dicho que nunca ha estado en el domicilio de la víctima y que no ha vendido droga a ninguno de los encausados.

El segundo ha comentado que conocía al empresario porque una vez acudió a su finca para cobrar una comisión de unas máquinas tragaperras, pero aseguró que tampoco participó en el robo.

El guardia civil que se hizo cargo del atestado ha reconocido que de no ser por la confesión de Marcos Rotger hubiera sido «bastante complicado» identificar a los autores del robo. «Nos contó que por esos trabajos habían cobrado unos 1.500 euros». En el registro de su vivienda, los agentes encontraron dos pistolas.

La fiscal pide 10 años de cárcel para cada uno de los acusados por delitos de robo con intimidación en casa habitada y detención ilegal. Los tres deberán indemnizar a la víctima con 30.000 euros.

Los ladrones creían que Pau Rigo guardaría más dinero y orquestaron un segundo robo, el 24 de febrero de 2018, en el que también participó Mauricio, el hermano gemelo de Fredy. Aquella mañana, el empresario jubilado disparó a Mauricio con una escopeta en el abdomen y lo mató.
Fredy Escobar se ha dormido esta mañana, durante el juicio celebrado en la Sección Primera de la Audiencia, y el presidente del tribunal se lo ha reprochado: «No es normal que le reclamen una condena de 10 años de prisión y usted se duerma».