El gobernador del estado conoce de primera mano los avances de la investigación. | Twitter: @RotimiAkeredolu

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Hombres armados atacaron una iglesia católica en el suroeste de Nigeria durante la misa del domingo, matando al menos a 22 personas, entre ellas mujeres y niños, según fuentes gubernamentales, aunque previamente un médico del hospital e informes de medios de comunicación locales incrementaron el balance a más de cincuenta fallecidos. Los hombres armados dispararon contra la gente fuera y dentro del edificio de la iglesia, matando e hiriendo a los fieles, dijo Funmilayo Ibukun Odunlami, portavoz de la policía del estado de Ondo.

Esta fuente no pcrecias cuántas personas murieron o resultaron heridas en la iglesia católica de San Francisco, en la ciudad de Owo, pero añadió que la policía estaba investigando las causas del ataque. El gobernador del estado de Ondo, Arakunrin Oluwarotimi Akeredolu, que visitó el lugar del atentado entre lágrimas y a los heridos en el hospital, describió el incidente del domingo como «una gran masacre» que no debería repetirse. La identidad y el motivo de los atacantes no están claros todavía. «Es muy triste que, mientras se celebraba la Santa Misa, unos desconocidos hayan atacado la iglesia católica de San Francisco (...) Se teme que haya muchos muertos y muchos otros heridos», declaró el portavoz de la Iglesia católica en Nigeria, el reverendo Augustine Ikwu. Ikwu dijo que el obispo y los sacerdotes de la parroquia habían sobrevivido ilesos al ataque. El gobernador sigue de cerca el estado de la investigación, y la población local se ha entregado en masa a la donación de sangre para atender a los heridos en el brutal ataque.

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Un médico de un hospital de Owo dijo a Reuters que al menos 50 cadáveres habían sido llevados a dos hospitales de la ciudad a causa del ataque. En las redes sociales se pueden ver algunos vídeos del interior del templo momentos después del ataque, y también la valiente intervención de un policía para reducir a uno de los atacantes. El médico, que declinó ser identificado porque no está autorizado a hablar con la prensa, también dijo que estas donaciones de sangre eran muy necesarias para tratar a los heridos. De hecho algunos destacan que todos deben donar sangre, independientemente de la etnia a la que pertenezcan. Ya sabemos que estas diferencias han sido fuentes de conflictos en el pasado y todavía hoy los suscitan. «Hoy todos somos humanos. La humanidad ante todo» explica uno de los nigerianos que han donado su sangre para las víctimas del tiroteo.

Por su parte el presidente Muhammadu Buhari condenó el ataque, calificándolo de «atroz», y el Vaticano dijo que el papa Francisco estaba rezando por las víctimas que habían sido «dolorosamente golpeadas en un momento de celebración». Nigeria lucha contra la insurgencia islamista en el noreste del país y contra las bandas armadas que perpetran atentados y secuestros para pedir rescates, principalmente en el noroeste. En el suroeste, los atentados de este tipo son poco frecuentes.