La indignación vecinal va en aumento por los continuos ataques de los incendiarios. | Redacción Sucesos

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Como no podía ser de otra forma, el viernes noche ha derivado, de nuevo, en una madrugada de fuego en Palma. Los Bomberos y la Policía han intervenido en tres incendios distintos provocados en otros tantos puntos de Ciutat y que han quemado contenedores y coches estacionado. El peor de los siniestros ha tenido lugar en el Rafal Vell, donde seis turismos han sufrido daños de distinta consideración. Los investigadores no tienen dudas de que se trata de una serie de incendios intencionados, provocados por uno o varios pirómanos, que pusieron en jaque durante toda la noche a los efectivos de emergencias.

Los primeros fuegos se declararon en contenedores a pie de calle y soterrados de dos vías próximas: Ausías March y Rosselló i Caçador. Los bomberos, Policía Nacional y Policía Local acudieron rápidamente a sofocar las llamas, que afectaron también a unos edificios junto a los depósitos de basura y a árboles de la acera. Cuando la situación parecía controlada, saltó una nueva alarma, esta vez en la calle Heura, en el Rafal Vell. Fue el peor de los tres siniestros. El fuego devastó una línea de contenedores, pero se descontroló y alcanzó a seis coches estacionados al lados. Tres de ellos quedaron en estado de siniestro total. Algunos vecinos bajaron a la calle para intentar mover los coches, pero ya era tarde y los policías les pidieron que se mantuvieran alejados de las llamaradas.

También ha afectado a varios contenedores.

Otros, han descubierto lo ocurrido este sábado por la mañana. Una de las residentes en esa calle contó que «por aquí es muy complicado encontrar sitio para aparcar, pero cuando veo un hueco al lado de los contenedores ya ni me lo planteo. Hay muchos números de que alguien queme los contenedores y mi coche acabe en llamas». Lo cierto es que la indignación vecinal va en aumento por los continuos ataques de los incendiarios, que prácticamente cada fin de semana hacen de las suyas en las calles de Palma. La Policía Nacional ha detenido a numerosos implicados y algunos han ingresado en prisión, pero la oleada -lejos de aminorarse- se está recrudeciendo.